Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca.
(Jorge Luis Borges)
(Arriba: la biblioteca del Trinity College de Dublín. Debajo: la biblioteca personal que el escritor y editor Alberto Manguel tiene en Mondion, en las afueras de París, tras restaurar la capilla ruinosa de un antiguo monasterio)
No muchos son capaces de sentir esa sensación de calma, de profundo bienestar, de comodidad que se siente en alguna biblioteca. Yo, personalmente, tengo unas cuantas preferidas (y no en la misma ciudad) que me gusta visitar aunque no lo necesite, sólo para sentarme y contemplar esa especie de solemnidad que recae sobre los libros que descansan aguardando la mano de algún curioso.
ResponderEliminarLlegas a intuir el aire que se respira ligeramente mágico...
Me ha transmitido mucho la entrada.
Enhorabuena por el blog y un saludo.
Bienvenida a la ventana de Kircher, Elena. Magnífico tu comentario, tan evocador como las fotos de esta entrada. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso también para ti.