¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.
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miércoles, 22 de febrero de 2012

Espeleobiología: la vida en lo más hondo



EL ANIMAL TERRESTRE QUE VIVE A MAYOR PROFUNDIDAD

Extractamos aquí la noticia que publica hoy el diario español EL MUNDO en su sección de CIENCIA. La firma Teresa Guerrero y puede leerse también en su website original aquí. Lo que la noticia no explica es que el dinero para financiar la expedición salió del propio bolsillo de los expedicionarios, a pesar de que todos ellos proceden de instituciones científicas y no son simples aficionados. Y, tal como están las cosas, no va a ser la última vez que esto ocurra. 

  • Una expedición hispano-rusa descubre cuatro nuevas especies de artrópodos
  • Fueron hallados en la cueva Krubera-Voronya (Georgia), la más profunda
  • Dos de ellos son los artrópodos encontrados a mayor profundidad del planeta
  • No tienen ojos ni pigmentación y cuentan con un órgano especial para saltar
  • Viven en un ambiente extremo, sin luz y con escasa comida

No tienen ojos, carecen de pigmentación y con su minúsculo tamaño (entre 1 y 4 milímetros) sobreviven en uno de los ambientes más inhóspitos de la Tierra. Una expedición hispano-rusa ha encontrado cuatro nuevas especies en la cueva Krubera-Voronya, situada en la región de Abkhazia (República de Georgia) cerca del Mar Negro. Con sus 2.191 metros, está considerada la cueva más profunda del mundo. Dos de estas nuevas especies, cuyas características se publican esta semana en la revista 'Terrestrial Arthopod Reviews' (TAR), son los artrópodos encontrados a más profundidad.
"Se trata de un ambiente de oscuridad total, con un humedad del 100%, temperaturas muy bajas y agua fría omnipresente", explica a ELMUNDO.es Sofía Reboleira, la investigadora de la Universidad de Aveiro (Portugal) que bajó a las profundidades de esta cueva durante el verano de 2010. Reboleira, de 31 años, descendió a dos kilómetros de profundidad junto a Alberto Sendra (53 años), biólogo del Museo de Ciencias Naturales de Valencia. Los zoólogos de la Universidad de Navarra Enrique Baquero y Rafael Jordana también forman parte del equipo que firma este artículo.
El inquilino más aislado ha sido bautizado como 'Plutomurus ortobalaganensis'. Este artrópodo vive a nada menos que 1.980 metros bajo la superficie terrestre. "El hombre ha llegado como máximo a -2140 y ha sido en esta misma cueva. Así que si éste es el animal más profundo que se ha encontrado en esta cueva, es el más profundo que se ha encontrado nunca (hablando siempre de terrestres, porque en simas marinas hay animales 'más profundos')", aclara Baquero a través de un correo electrónico. "A menos profundidad se han encontrado otros animales, que están siendo estudiados por otros zoólogos.
Los otros tres artrópodos fueron localizados a menos profundidad y han sido catalogados como 'Anurida stereoodorata', 'Deuteraphorura kruberaensis' y 'Schaefferia profundísima'.

'La vida llega a rincones increíbles'

El hallazgo de estas criaturas no ha sorprendido al zoólogo Enrique Baquero: "La vida llega hasta rincones increíbles. Lo difícil, habitualmente, es capturar a los ejemplares que lo demuestran. Hay que pensar que la cantidad de animales en estas situaciones, digamos extremas, es pequeña, y las posibilidades de capturarlos son bajas", explica.
Para sobrevivir en un ambiente tan inhóspito, caracterizado por la falta de luz y la escasez de alimentos, estos animales han desarrollado una serie de características especiales.
Por ejemplo, una de las especies, 'Anurida stereoodorata', cuenta con un quimiorreceptor que le ayuda a moverse en un ambiente tan complicado: "Es un órgano sensorial químico que detecta sustancias de la misma forma que nuestra nariz, pero con mucha mayor sensibilidad", explica Enrique Baquero. La antena de esta especie animal, denominada PAO ('Post Antennal Organ') es especial, según el zoólogo, porque "es muy grande para lo que suele ser en otros colémbolos y porque está en una zona elevada y dirigido hacia delante".
Un ejemplar de la especie 'Anurida Stereoodorata'. | Universidad de Navarra
Un ejemplar de la especie 'Anurida Stereoodorata'. | Universidad de Navarra
Las cuatro nuevas especies pertenecen al grupo de los colémbolos, invertebrados artrópodos parientes de los insectos, los arácnidos o los crustáceos. Tienen esqueleto externo y apéndices articulados (patas y antenas) y cuentan con un órgano que les permite saltar, denominado furca.
Baquero señala que son muy abundantes en la naturaleza: "Los colémbolos están por todas partes, en cualquier lugar del mundo, incluidas las zonas ártica y antártica, trópicos, desiertos, etc. Viven sobre las plantas (hay incluso algunas plagas agrícolas), sobre y bajo la hojarasca, bajo el suelo, en las cuevas, en las macetas de casa… Se alimentan sobre todo de los hongos que crecen sobre la materia orgánica (restos de plantas, excrementos). En las cuevas son habituales sobre los hongos que crecen sobre las hojas que entran en la cueva con las corrientes, o sobre los excrementos de los murciélagos".

Escasa comida

Infografía: Universidad de Navarra
Infografía: Universidad de Navarra
Según explica Sofía Reboleira, el 'CAVEX Team' lleva más de 10 años explorando esta sima con el objetivo de estudiar la biología de la cueva: "Debido a que se trata de la más profunda del mundo, podría revelar una fauna muy interesante, especialmente en zonas profundas". Hasta ahora, dice la investigadora, no se conocía fauna cavernícola por debajo de los 1.000 metros de profundidad, "de modo que encontrar vida a estas profundidades ya es notable", señala.
Además de la oscuridad y las altas temperaturas, a estas profundidades escasea la comida: "El medio subterráneo depende, generalmente, de la materia orgánica que es arrastrada por el agua hacia el interior de la cueva. Cuanto más profundas son, más difícilmente llegará alimento para sustentar a una comunidad biologica. Por otro lado, esta sima está situada en una zona remota y poco explorada desde el punto de vista bioespeleológico, lo que aumenta considerablemente el potencial para revelar interesantes novedades para la ciencia", añade.
"La exploración espeleológica del verano de 2010 estaba centrada en buceos técnicos en el último sifón [masa de agua dentro de una galería] conocido de la sima, situado a 2.140 metros de profundidad. Varios miembros del 'CAVEX Team' bajaron para bucear y de paso realizaron muestreos de fauna", explica Reboleira.

Una compleja expedición

Para poder llevar a cabo esta compleja expedición, que se prolongó durante un mes, hubo que reunir un equipo humano de casi 30 personas y conseguir el equipamiento de espeleología necesario para descender a este inhóspito lugar: "El equipo humano estaba compuesto por espeleólogos expertos con formación específica en exploraciones y dominio de técnicas de progresión espeleológicas, sobretodo las verticales. A partir de los 1.400 metros de profundidad hay que pasar varios sifones utilizando técnicas y equipamiento de espeleobuceo", afirma la investigadora.
"A lo largo del desarrollo vertical de la cueva hay varios campamentos subterráneos donde los espeleólogos pueden descansar, comer y dormir, para seguir explorando", señala.
La sima de Krubera-Voronya está localizada en las montañas del Cáucaso, así que hubo que trasladar todo el material necesario para la exploración al campamento que se instaló cerca de la entrada de la sima. Así, hubo que transportar dos kilómetros de cuerdas y centenares de anclajes, sin olvidar la comida necesaria para cerca de 30 personas durante 30 días.

lunes, 14 de febrero de 2011

Una pausa, unos peces




El Acuario Churaumi Okinawa es el segundo acuario más grande del mundo. Es parte del Ocean Expo Park localizado en Motobu (Okinawa). El tanque principal tiene un volumen de 7.500 metros cúbicos de agua, siendo la mayor pantalla de cristal del mundo, con 8,2 metros de alto, 22,5 metros de largo y un grosor de 60 centímetros.
La mayor atracción son los tiburones ballena , ya que junto con el de Georgia (EE.UU.) es el único que exhibe este animal.
Este es el vídeo. Da mucha tranquilidad mirar cómo los peces se desplazan lentamente delante de los visitantes. Aislados o en bancos apretados, parecen seres irreales volando en un cielo de agua. Ahí están las mantas (Mobula mobular) y otros batoideos, moviéndose como ángeles o como águilas marinas, los bancos de coriféridos (parientes de las palometas) y, sobre todo, los impresionantes tiburones ballena (Rhiniodon typus), inofensivos, gigantescos y pacíficamente planctónicos en su dieta, por fortuna. Se han llegado a medir ejemplares de hasta 14 metros.

Dos buzos trabajan en el fondo, limpiando los filtros, moviéndose como astronautas en la extraña ingravidez que nos explicó Arquímedes. Parece otro planeta. Y es el nuestro. ¿Habría algún modo de conseguir que nuestra vida fuera también a ese ritmo de ingrávido, pausado y silencioso disfrute? 



La música, perfectamente adaptada al tema, es de un grupo musical de Seattle (Washington) llamado "Barcelona". Está formado por Brian Fennell (voz y piano), Chris Bristol (guitarra y voz) y Rhett Stonelake (batería). Sus melodías tienen siempre un protagonismo del piano, sobre el que se añaden sugerentes elementos de rock.

PLEASE DON'T GO (Barcelona)
All those arrows you threw, you threw them away
You kept falling in love, then one day
When you fell, you fell towards me
When you crashed in the clouds, you found me

Oh, please don’t go
I want you so
I can’t let go
For I lose control

Get these left handed lovers out of your way
They look hopeful but you, you should not stay
If you want me to break down and give you the keys
I can do that but I can’t let you leave

Oh, please don’t go
I want you so
I can’t let go
For I lose control

(Gracias al Prof. Pedro Fernández Lópiz por esta referencia).-

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un extraño pez capturado en Galicia


Los expertos dicen que es un ateleopódido y lo capturaron pescadores gallegos el pasado mes de julio. Ellos mismos lo llevaron al Instituto Español de Oceanografía en Vigo, porque no recordaban haber visto nunca nada igual. Lo han llamado "pez pata de pulpo", por razones evidentes.

Tiene una piel desnuda de color rosado, sin escamas y una extraña nariz gelatinosa, que le da un aire algo cómico. Aunque su esqueleto es parcialmente cartilaginoso, los zoólogos lo incluyen claramente entre los peces óseos. La boca carece de dientes y la cola es puntiaguda. En lugar de aletas pelvianas tiene dos largos filamentos que lo mantienen en contacto con el fondo y que en la foto no se aprecian bien. Las aletas pectorales y la aleta dorsal sí aparecen muy netas.

En la base de datos del Instituto Español de Oceanografía sí hay referencias de anteriores capturas en otras dos ocasiones. Este ejemplar pertenece a la especie Ijimaia loppei, mide 138 cm y pesa algo más de 4 kg.

Los ateleopódidos (en inglés "jellynose fish", o sea, pez de nariz gelatinosa) pueden alcanzar los 2 metros y son peces de aguas profundas, por lo que raramente los atrapan las artes de pesca usuales. Se desconoce casi todo sobre su fisiología y su comportamiento.

Qué extraños habitantes tiene este planeta y qué extrañas sorpresas nos guarda todavía el mar. Y qué negligencia la nuestra si acabamos con esta riqueza incluso antes de conocerla. ¿No sería como destrozar un regalo estúpidamente antes de desenvolverlo? 

lunes, 5 de abril de 2010

Aves de la Patagonia argentina


El doctor Víctor Guimerá es pediatra, una profesión que ejerce con minuciosidad y sensatez meritorias y poco habituales hoy. Luego, el tiempo que le dejan sus actividades clínicas, lo dedica a la fotografía de aves. Ha viajado ya por medio mundo en busca de especies poco comunes y habla con pasión de los preparativos y de los recursos de ingenio, siempre distintos, que tiene que desplegar para acercarse a las aves sin que él levante suspicacias ni ellas levanten el vuelo.

Pasarse horas sumergido en el agua con esas botas de pescador que le llegan a uno hasta el pecho, contener la respiración tras el armazón de ramas del hide cuando los adultos llegan a cebar a las crías, provocar a los machos de los contornos con reclamos sonoros imitando a un competidor, trepar a los árboles y moverse por las ramas con la lentitud de un perezoso de tres dedos, echar cuerpo a tierra para pasar desapercibido en un pastizal o atraer a las hembras con equívocos trinos seductores... grabados en un mp3, son sólo algunas de sus tretas. Son métodos que demuestran que el doctor Guimerá cumple de sobra los requisitos de observación y paciencia que se requieren para ser buen pediatra  y buen ornitólogo.

Publicamos aquí algunas de sus recientes fotos en la Patagonia argentina. La primera imagen (arriba) corresponde a un ave carroñera (nótese la cara desprovista de plumas) que en Argentina y Chile llaman caracara o carancho (Polyvorus plancus). Entre los argentinos es frecuente el dicho "desordenado como nido de carancho", expresión que hace referencia al desaliñado nido de estas aves, construido con palitroques poco trabados y dispuestos sin muchas precauciones. [Familia: Falconidae].


Sobre estas líneas, un rayadito (Aphrastura spinicauda), que a mí me recuerda un poco a los reyezuelos de nuestras latitudes paleárticas. Construye un nido de barro en forma de horno, conducta que da nombre a la familia taxonómica: Furnariidae.

Y aquí debajo un macho de cometocino patagónico (Frygilus patagonicus). Ignoro las razones de este nombre. Yo le hubiera llamado pinzón dorado o algo así. [Familia: Emberizidae].


 (Fotografías: Víctor M. Guimerá O'Dogherty)

miércoles, 21 de octubre de 2009

Premios Príncipe de Asturias 2009

El próximo viernes 23 de octubre, a las 18:30, tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo la solemne ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2009.

PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES 2009:


DAVID ATTENBOROUGH

David Attenborough nació en Londres en 1926. Se graduó en Ciencias Naturales en la Universidad de Cambridge en 1947 y, tras servir en la Armada, en 1952 comenzó a trabajar en la BBC, a la que ha situado en la vanguardia de la producción de documentales y donde ha desarrollado gran parte de su carrera. En 1954 lanzó sus populares series, Zoo Quest, que durante diez años le llevaron a viajar por tierras remotas. En 1965 ocupó por primera vez un cargo directivo en la BBC 2 y fue el responsable de la llegada de la televisión en color al Reino Unido. En 1969 fue director de programas de la cadena durante varios años. En la actualidad, es presidente de la Real Sociedad para la Conservación de la Naturaleza, miembro de la Royal Society de Londres y del consejo de administración del Museo Británico y del Real Jardín Botánico de Kew.

Retomó sus trabajos como realizador en 1973 y creó una veintena de programas de divulgación de la naturaleza como Eastwards with Attenborough y The Tribal Eye. En 1979 escribió, dirigió y presentó la que por aquel entonces fue considerada la serie más ambiciosa producida por el Departamento de Naturaleza de la BBC, Life on Earth. Más de quinientos millones de personas en todo el mundo han visto esta serie, compuesta por trece capítulos y reconocida por los historiadores como la producción audiovisual que marcó un hito en la divulgación de la ciencia al gran público.

A aquella serie siguieron otras como The living planet (1984), The trials of life (1990), Life in the freezer (1993) y The Private Life of Plants (1995). En 1997 para conmemorar los cuarenta años del Departamento de Naturaleza de la BBC, presentó Wildlife Specials. Entre sus últimos trabajos destacan, The Life of Birds (1998), State of the Planet (2000), The Blue Planet (2001), The Life of Mammals (2002), Life in the Undergrowth (2005), Planet Earth (2006) y Life in cold blood, una serie de reportajes dedicados a los reptiles y los anfibios que se emitieron a lo largo de 2008.

Con motivo de su 80 cumpleaños se trasladó a las islas Galápagos para filmar a las tortugas gigantes de este archipiélago. Su producción audiovisual ha ido pareja a la bibliográfica, donde también ha plasmado su labor divulgativa en títulos como Zoo Quest to Guyana (1956), Quest in Paradise (1960), The Tribal Eye (1976), Life on Earth (1979), The Living Planet (1984), The First Eden (1987), The Trials of Life (1990), The Private Life of Plants (1994), The Life of Mammals (2002) y Life in the Undergrowth (2005). En Life on Air (2005) hizo un relato autobiográfico de toda su carrera profesional.

Es colaborador, desde su creación en 1989, y patrono desde 2003, del World Land Trust, una sociedad benéfica conservacionista que compra tierras y zonas de selvas tropicales para contribuir a la conservación de los animales que viven en ellas. World Land Trust ha ayudado a adquirir y a proteger más de 1.214 kilómetros cuadrados de hábitats ricos en fauna y flora en Belice, Costa Rica, Filipinas, América del Sur y el Reino Unido.

Fue nombrado en 1985 Caballero del Imperio Británico por la Reina Isabel II de Inglaterra, quien, en 2005, le entregó la Orden del Mérito. Doctor honoris causa por varias universidades, ha recibido la Medalla de Plata de la Real Sociedad de Televisión y la de la Sociedad Zoológica de Londres, además de la Medalla de Oro de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia y la de los fundadores de la Real Sociedad de Geografía (Reino Unido). Asimismo, posee la Medalla de la Real Sociedad Geográfica Escocesa y de la Real Sociedad de Artes (EE.UU.). Ha recibido el Premio Kalinga de la UNESCO (1981), el Emmy International Award (1985), el Golden Kamera Award (Alemania, 1993), el Michael Faraday de la Royal Society de Londres (2003) y, un año más tarde, el primer Premio Descartes de Comunicación Científica de la Comisión Europea. En 2007 le fue concedida la Medalla del Instituto de Ecología y Gestión Medioambiental del Reino Unido y, un años más tarde, recibió títulos honorarios de las universidades británicas de Aberdeen, Exeter y Kingston University de Londres.
(Texto: Fundación Premios Príncipe de Asturias).-

viernes, 29 de mayo de 2009

Mariposa cinabrio: una polilla con nombre de mineral


Encontré una la semana pasada en el Parque de los Toruños. Logró detener las conversaciones por un momento, revolotenado alrededor de las mochilas y los prismáticos. Es una mariposa que no pasa desapercibida a nadie, con un contraste soberbio entre el gris negruzco y las líneas y puntos de color rojo bermellón y las alas posteriores, también rojas, que recuerdan al rojo del mineral cinabrio (sulfuro de mercurio).

Sus orugas se alimentan de las hojas de la hierba cana (Senecio jacobaea), que resulta tan tóxica para el ganado, que en algunos países las mariposas cinabrio han sido introducidas intencionadamente para controlar estas plantas.

La llaman por eso polilla cinabrio o polilla de la hierba cana (Tyria jacobaea). Y en España se ven cada vez menos, a causa del uso indiscriminado de los pesticidas agrícolas. Pero cuando te encuentras con una de ellas no te puedes resitir a acercarte para verla con más detalle y, conteniendo la respiración, por no perturbarla, quedarte un rato callado y acordarte de la pintura fauvista, con esos tonos tan llamativamente conspicuos...

jueves, 30 de abril de 2009

Una de serpientes


Un lector mexicano de KIRCHER LANDSCAPE me envía esta fotografía. Corresponde, dice, a una serpiente capturada en las inmediaciones de la casa por los hijos de una amiga suya y me pregunta si se trata de una especie peligrosa.

Por el tono de su mensaje, me da la sensación de que él piensa que soy un experto en serpientes. Y no es así en absoluto. Sí tengo cierta familiaridad con las serpientes ibéricas. Pero eso no tiene demasiado mérito, porque aquí sólo tenemos trece especies. Y si nos restringimos a la mitad sur, sólo ocho.
De serpientes americanas es poco lo que sé, así que no puedo contestarle con seguridad plena. Pero voy a intentar hacerlo brevemente, centrándome en tres puntos:

1) Primero, advertir del peligro que supone manejar serpientes, especialmente si se desconoce su toxicidad potencial. Pero creo que esto, por ser obvio, no hace falta ni decirlo.

2) Respecto al ejemplar de la foto, a mí me recuerda mucho a las llamadas "serpientes toro" o "serpientes de los maizales" (género Pituophis). La librea sugiere que podría tratarse quizá de la especie Pituophis deppei y el hermoso tono rojizo de la cabeza apunta a la subespecie Pituophis deppei jani.
Creo que en México se le llama "cincuate" o "cincuate de cabeza roja".

3) Si mi identificación es correcta (honestamente creo que sí, pero conviene confirmarla con algún experto mexicano), se trata de una serpiente completamente inofensiva y muy útil como controladora de las poblaciones de roedores, como los que suelen prosperar a la sombra de los maizales (de ahí el nombre). Por ese motivo, creo que ponerla de nuevo el libertad en un entorno seguro podría ser la actitud más oportuna en este caso.

Quizá algún lector mexicano de nuestro blog pueda confirmarnos este punto. Un cordial saludo desde España.

sábado, 10 de enero de 2009

La picadura más dolorosa


Ayer me regalaron una hormiga isula (Paraponera clavata), incluida en un bloque de metacrilato. Procede de la Amazonía peruana. Allí suele venderse así a los turistas, como una curiosidad entre científica y morbosa, como llaveros o como pisapapeles. Desde luego, no es precisamente una actividad muy justificable, desde el punto de vista de la conservación.
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Paraponera es una hormiga bastante grande (mi ejemplar tiene unos 2,5 cm, sin incluir las patas) y se dice que causa la picadura más dolorosa que puede producir un animal. La verdad es que impresiona ver el terrible aguijón que asoma al final del abdomen. Le llaman popularmente "hormiga bala" (dicen que el dolor es comparable al de un balazo) y "hormiga de las 24 horas" (porque suelen durar un día completo los efectos del péptido tóxico que inyectan).
Habita en bosques lluviosos de baja altitud, desde el Amazonas hasta la costa atlántica, formando hormigueros en la base de los árboles. En Brasil la llaman tucandeira o falofa, en Venezuela, cumanagato y en Perú, hormiga isula.
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Como consecuencia de la picadura se produce eritema (enrojecimiento) y edema local (inflamación), ocasionalmente acompañados de escalofríos, sudoración profusa, taquicardia y dificultad respiratoria. El tratamiento es sólo sintomático, aplicando analgésicos.
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Justin Schmidt es un entomólogo al que se le ocurrió crear una escala de dolor ante la picadura de diferentes insectos (que quiso experimentar en su propio cuerpo). En Entomología Médica se conoce como el Justin O. Schmidt Pain Index. Esta escala ordena las picaduras de insectos en valores de 1 a 4, según la magnitud de dolor que provocan. Como patrón se utiliza el dolor producido por la avispa común, otorgándole a su aguijonazo un valor de referencia de 1.
En su índice vemos especies tales como Hormiga de fuego (factor de dolor 1.2) o la temible abeja africana (factor de dolor 2). Sin embargo, de todas las picaduras, con un factor de dolor de 4.0+ es precisamente la hormiga Paraponera clavata. Se cuenta, además, que esta hormiga es comúnmente utilizada por algunas tribus indígenas de la Amazonía brasileña en los rituales de iniciación. Festejos en los que se prueba el coraje y valor de un adolescente a punto de convertirse en adulto, sometiéndolo al ataque de algunas de estas hormigas y observando cómo reacciona ante el dolor. Las llaman festas da tucandeira.
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Más información en:

domingo, 15 de junio de 2008

El candirú o pez vampiro


Nuestros parásitos suelen ser organismos microscópicos: bacterias, virus, protozoos (como el causante de la malaria) y algunos hongos. Otros más grandes, visibles ya a simple vista, como la tenia, los áscaris, los piojos o las garrapatas son siempre invertebrados.
El candirú (Vandellia cirrhosa) es el único parásito humano vertebrado del que tengo noticia. Fue descrito ya por Valenciennes en 1846. Se trata de un pequeño pez siluriforme (es decir, del grupo de los llamados peces-gato), que, como máximo, puede llegar a medir unos 17 cm y que resulta casi transparente (por tanto, pasa bastante desapercibido en el agua). Suele adherirse a las branquias de otros peces, como puede verse en la foto. Allí se conecta a una arteria y deja que la sangre penetre en su estómago.




Y ahora viene lo terrible: el candirú (llamado también canero, carnero, candirtú, pez vampiro, urethra fish o penis fish) recurre a veces a otras víctimas que no son peces y a otras estructuras que no son las branquias. Hay casos descritos de personas que, tras un refrescante baño en algún remanso amazónico, desnudos, para disfrutar aún más de la sensación paradisíaca, salieron del agua con un candirú alojado en la uretra, el ano o la vagina.

Una vez instalado allí, el candirú extiende sus aletas, provistas de espinas, y se ancla de tal modo que es preciso recurrir a la cirugía para extraerlo.

Los pueblos indígenas del Amazonas le temen mucho y algunos tienen por costumbre, como prevención, bañarse de espaldas a la corriente o cubriendo los genitales con una mano. Si esta profilaxis no hubiera bastado, usan una planta llamada xagua o jagua (Genipa americana), que ellos afirman que tiene la virtud de "disolver" al pez o, al menos, de "ablandar" sus espinas. La extracción manual suele provocar desgarros de la mucosa y hemorragias importantes.

Los expertos recomiendan usar ropa de baño bien ajustada a los muslos y no orinar nunca bajo el agua, pues se piensa que la urea puede ser detectada por los sensores químicos del pez. La bibliografía médica especializada cita casos de extracción quirúrgica por cistostomía suprapúbica y recomienda para estas situaciones el uso de altas dosis de vitamina C.
Éste es el aspecto en detalle del temible animalillo:



N.B.:
Agradezco muy cordialmente a Stephen Spotte su gentileza al autorizar la reproducción de las imágenes de su interesante libro sobre el candirú: "Candiru: Life and Legend of the Bloodsucking Catfishes, © 2002 por Stephen Spotte"
El libro de Spotte constituye una guía completa y muy bien documentada sobre este extraño pez. Puede adquirirse aquí.

miércoles, 11 de junio de 2008

Extraños en el jardín (I)


Nuestro jardín es pequeño cuando lo recorres o buscas una sombra amena donde sentarte a leer o a dibujar con tus hijos. Pero parece interminable cuando cavas los arriates o pasas la cortadora de césped. Ya se sabe que todo es relativo. El nuestro te permite sólo rodear la casa en una excursión que siempre se hace breve y acaba en el mismo punto en que empezó. Sin embargo, detrás de cualquier maceta o bajo la hojarasca fucsia de la bouganvillea, es capaz de albergar sitios para la sorpresa.

Uno de ellos es el sanguino (Rhamnus alaternus), un arbusto siempre verde que en esta época luce ya sus frutos maduros. Alaternus, aladierno, o simplemente ladierno, como se le llama en otros lugares, es un antiguo nombre que significa "eterno" y que se ha aplicado a muchos árboles de hoja perenne. Los frutos, antes de estar maduros, son de color rojo y son los responsables del nombre de "sanguino". Dicen que el sanguino o aladierno da buena madera para la ebanistería. Lástima que yo no tenga la destreza requerida para sacar partido a esta posibilidad.

El caso es que, hace unas semanas, nos encontramos esta ranita meridional (Hyla meridionalis), encaramada a las ramas del sanguino. Hacía muchos años que no veía ninguna.

Las Hylas no son las típicas ranas acuáticas: son arborícolas y muy buenas trepadoras. Para ello cuentan con ventosas adhesivas en los dedos, que se aprecian bien en la foto. Sólo se las ve en el agua en el momento de la reproducción. En España hay dos especies: la ranita meridional (Hyla meridionalis) y la ranita de San Antonio (Hyla arborea). Las dos con el mismo color verde pistacho tan llamativo y las dos con la misma pupila horizontal, pero se diferencian en la longitud de la banda oscura del flanco, que en la de San Antonio llega hasta las patas posteriores y en la meridional alcanza sólo a las anteriores.

Las Hylas tienen también cierta capacidad camaleónica y cambian de color según la temperatura, el entorno o el estado de ánimo. Pueden ir del amarillo al pardo o adquirir un tono grisáceo algo translúcido, pasando, claro, por ese verde tan vivo que lucen habitualmente.

A ésta no la oímos cantar por la noche, así que probablemente sea una hembra, como parece indicar también la suave coloración de la garganta, que en los machos es más oscura. No creo que se quede mucho tiempo con nosotros. Lo más probable es que un macho le mande requiebros de amor desde algún seto próximo y nuestra ranita se anime a afrontar con él nuevas experiencias.

Como ven, sólo cinco centímetros de rana, pero llenos de curiosidades.

lunes, 24 de marzo de 2008

Vidas de sapo


Un interesante vídeo sobre la reproducción del sapo común (Bufo bufo), el peligro que suponen las carreteras para sus desplazamientos en la época reproductora y el sistema ideado por un grupo de estudiantes de la Universidad de Vigo para evitar los atropellos. La especie presenta un marcado dimorfismo sexual, siendo la hembra mucho más grande que el macho. El sapo común tiene uno de los ojos más hermosos del reino animal: son de color cobre, con pupila típicamente horizontal.



El vídeo, puede verse en: http://www.uvigo.tv/gl/video/970