¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

sábado, 31 de octubre de 2009

Nomina si nescis, perit et cognitio rerum (Carlos Linneo)



"Si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de
ellas"
Hoy se cumplen nada menos que 300 años del nacimiento del naturalista sueco Carl von Linné (1707-1778), al que nosotros solemos llamar Carlos Linneo. Su verdadero nombre era Carl Nilsson, pero, al ingresar en la universidad, adoptó este seudónimo (que proviene de linn, tilo), con el que firmaba sus trabajos científicos.
Realizó estudios de medicina en las universidades de Lund y de Uppsala, en la que llegó a ser profesor.
Extraordinario botánico, Linneo fue el creador de la moderna taxonomía (o clasificación de los seres vivos), y propuso también un sistema binomial (de dos nombres) para designar a cada especie. Este sistema es el que seguimos utilizando actualmente, tres siglos después, tal como él lo dispuso, y lo llamamos "nomenclatura linneana" en su honor.

De este modo se evita la imprecisión y la variabilidad de la nomenclatura popular. Un ejemplo sencillo: lo que nosotros llamamos perro, los franceses lo llaman chien, los ingleses dog, los italianos cane, los alemanes Hund, los portugueses cao cachorro... Pero todos los biólogos del mundo saben hoy que nos referimos al Canis familiaris y que eso significa también que el perro pertenece al género Canis, lo que lo convierte en pariente próximo del lobo (Canis lupus), del coyote (Canis latrans) o del chacal (Canis aureus). Es decir, que la nomenclatura binomial linneana es también, al igual que nuestros apellidos, una forma de indicar parentesco taxonómico.

Linneo expuso este sistema de clasificación en su obra Systema Naturae (1735). Otra de sus aportaciones originales a la ciencia fue atribuir el valor cero de la escala centígrada a la temperatura de congelación del agua y el valor cien (100ºC) a su temperatura de ebullición. Ya que el propio Celsius, inventor de la escala, estaba tan interesado en el fenómeno del frío que había manejado hasta entonces la idea contraria: 100 para la congelación y cero para la ebullición.

Linneo mantuvo una intensa correspondencia sobre especies vegetales americanas con el insigne botánico gaditano José Celestino Mutis (1732-1808), que contribuyó a la difusión de las ideas linneanas en España y América.

(Reposición)

miércoles, 21 de octubre de 2009

Premios Príncipe de Asturias 2009

El próximo viernes 23 de octubre, a las 18:30, tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo la solemne ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2009.

PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES 2009:


DAVID ATTENBOROUGH

David Attenborough nació en Londres en 1926. Se graduó en Ciencias Naturales en la Universidad de Cambridge en 1947 y, tras servir en la Armada, en 1952 comenzó a trabajar en la BBC, a la que ha situado en la vanguardia de la producción de documentales y donde ha desarrollado gran parte de su carrera. En 1954 lanzó sus populares series, Zoo Quest, que durante diez años le llevaron a viajar por tierras remotas. En 1965 ocupó por primera vez un cargo directivo en la BBC 2 y fue el responsable de la llegada de la televisión en color al Reino Unido. En 1969 fue director de programas de la cadena durante varios años. En la actualidad, es presidente de la Real Sociedad para la Conservación de la Naturaleza, miembro de la Royal Society de Londres y del consejo de administración del Museo Británico y del Real Jardín Botánico de Kew.

Retomó sus trabajos como realizador en 1973 y creó una veintena de programas de divulgación de la naturaleza como Eastwards with Attenborough y The Tribal Eye. En 1979 escribió, dirigió y presentó la que por aquel entonces fue considerada la serie más ambiciosa producida por el Departamento de Naturaleza de la BBC, Life on Earth. Más de quinientos millones de personas en todo el mundo han visto esta serie, compuesta por trece capítulos y reconocida por los historiadores como la producción audiovisual que marcó un hito en la divulgación de la ciencia al gran público.

A aquella serie siguieron otras como The living planet (1984), The trials of life (1990), Life in the freezer (1993) y The Private Life of Plants (1995). En 1997 para conmemorar los cuarenta años del Departamento de Naturaleza de la BBC, presentó Wildlife Specials. Entre sus últimos trabajos destacan, The Life of Birds (1998), State of the Planet (2000), The Blue Planet (2001), The Life of Mammals (2002), Life in the Undergrowth (2005), Planet Earth (2006) y Life in cold blood, una serie de reportajes dedicados a los reptiles y los anfibios que se emitieron a lo largo de 2008.

Con motivo de su 80 cumpleaños se trasladó a las islas Galápagos para filmar a las tortugas gigantes de este archipiélago. Su producción audiovisual ha ido pareja a la bibliográfica, donde también ha plasmado su labor divulgativa en títulos como Zoo Quest to Guyana (1956), Quest in Paradise (1960), The Tribal Eye (1976), Life on Earth (1979), The Living Planet (1984), The First Eden (1987), The Trials of Life (1990), The Private Life of Plants (1994), The Life of Mammals (2002) y Life in the Undergrowth (2005). En Life on Air (2005) hizo un relato autobiográfico de toda su carrera profesional.

Es colaborador, desde su creación en 1989, y patrono desde 2003, del World Land Trust, una sociedad benéfica conservacionista que compra tierras y zonas de selvas tropicales para contribuir a la conservación de los animales que viven en ellas. World Land Trust ha ayudado a adquirir y a proteger más de 1.214 kilómetros cuadrados de hábitats ricos en fauna y flora en Belice, Costa Rica, Filipinas, América del Sur y el Reino Unido.

Fue nombrado en 1985 Caballero del Imperio Británico por la Reina Isabel II de Inglaterra, quien, en 2005, le entregó la Orden del Mérito. Doctor honoris causa por varias universidades, ha recibido la Medalla de Plata de la Real Sociedad de Televisión y la de la Sociedad Zoológica de Londres, además de la Medalla de Oro de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia y la de los fundadores de la Real Sociedad de Geografía (Reino Unido). Asimismo, posee la Medalla de la Real Sociedad Geográfica Escocesa y de la Real Sociedad de Artes (EE.UU.). Ha recibido el Premio Kalinga de la UNESCO (1981), el Emmy International Award (1985), el Golden Kamera Award (Alemania, 1993), el Michael Faraday de la Royal Society de Londres (2003) y, un año más tarde, el primer Premio Descartes de Comunicación Científica de la Comisión Europea. En 2007 le fue concedida la Medalla del Instituto de Ecología y Gestión Medioambiental del Reino Unido y, un años más tarde, recibió títulos honorarios de las universidades británicas de Aberdeen, Exeter y Kingston University de Londres.
(Texto: Fundación Premios Príncipe de Asturias).-

viernes, 16 de octubre de 2009

Gaudeamus igitur

Esta vieja canción estudiantil se ha convertido en el himno universitario por excelencia. Se titula Gaudeamus igitur, es decir, "alegrémonos, pues". Se desconoce su autoría, aunque algunos piensan que la melodía podría ser obra de Güntaus en el XVIII y probablemente la letra sea aún más antigua, en torno al siglo XIII (si hacemos caso de un manuscrito encontrado en la Biblioteca Nacional de París.)
El mensaje que contiene es claro: Carpe diem, es decir, aprovecha el tiempo, disfruta tus días, que la vida es breve. No parece un mensaje muy académico, a no ser que puntualicemos "disfruta tus días con sabiduría y con gozo". Y hay quien piensa que alguna de las estrofas (la que habla de las mujeres) quizá no resulta hoy "políticamente correcta". Pero creo que está lleno de optimismo, de alegría jovial... y de agradecimiento a las personas y a las instituciones. Aquí, al final, está la letra y una especie de vídeo-karaoke para quien se anime a ensayarla.








Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus. (bis)
Post iucundam iuventutem,
post molestam senectutem,
nos habebit humus.
 Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Tras la divertida juventud,
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra.
Ubi sunt qui ante nos
in mundo fuere? (bis)
Vadite ad superos,
transite ad inferos,
ubi iam fuere.


Vita nostra brevis est,
breve finietur. (bis)
Venit mors velociter,
rapit nos atrociter,
nemini parcetur.

¿Dónde están los que antes que nosotros
pasaron por el mundo?
Subid al mundo de los cielos,
descended a los infiernos,
donde ellos ya estuvieron.


Nuestra vida es corta,
y pronto se acabará.
Viene la muerte velozmente,
nos arrastra cruelmente,
no respeta a nadie.

Vivat Academia,
vivant professores.(bis)
Vivat membrum quodlibet,
vivant membra quaelibet,
semper sint in flore.
Viva la Universidad,
vivan los profesores.
Vivan todos y cada uno
de sus miembros,
resplandezcan siempre.

Vivant omnes virgines,
faciles, formosae,(bis)
vivant et mulieres,
tenerae, amabiles,
bonae, laboriosae,


Vivan todas las doncellas
condescendientes y hermosas
Vivan las mujeres,
tiernas, amables
buenas y trabajadoras.
Vivat et Res publica,
et qui illam regit. (bis)
Vivat nostra civitas,
Maecenatum charitas,
quae nos hic protegit.
Viva también el Estado,
y quien lo dirige.
Viva nuestra ciudad,
y la generosidad de los mecenas
que aquí nos acoge.


domingo, 11 de octubre de 2009

Anatomías imposibles

Anatomía de una sirena.

Los dibujos, que combinan extrañamente el rigor científico con la imaginación más desbocada, son del brasileño Walmor Corrêa.
Walmor empezó a pintar en el colegio y, cuando su profesor de Biología le pidió que ilustrase las disecciones de pequeños animales que hacían en el laboratorio, surgió esta original percepción suya de la descripción científica al servicio de la ficción.
En Brasil tienen una sensibilidad especial por las sirenas (que allí llaman "sereias"), y las viejas reminiscencias rituales de la religión africana que los descendientes de los esclavos negros practican todavía (el candomblé), rinden culto a Yemanyá o Yanaína, la diosa del mar, que se representa así, en forma de sirena.

Magnífico el detalle de la vértebra caudal, provista de costilla, como es propio de los peces, y el feto in útero,  luciendo ya su cola ictiomorfa.
Puedes pinchar sobre la imagen para ampliarla.




miércoles, 7 de octubre de 2009

Los justos, un poema de Borges


LOS JUSTOS


Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Jorge Luis Borges

viernes, 2 de octubre de 2009

El coro de los gatos (Rossini)

Este duetto buffo per due gatti suele atribuirse a Rossini. Pero no existe certeza sobre su verdadero autor.
Lo que no ofrece duda es la extraordinaria comicidad con que estos niños lo saben interpretar.

jueves, 1 de octubre de 2009

Francisco Ayala en Cádiz: un soplo de racionalidad





Un soplo de racionalidad
Juan V. Fernández de la Gala


El profesor Ayala llegó hace unos días a Cádiz desde la lejana California. Allí enseña Biología evolutiva en la Universidad de Irvine, es escritor prolífico y miembro de la Academia Nacional de Ciencias. Forma parte, además, del comité editorial de la prestigiosa revista Proceedings y, en su día, fue también asesor científico del presidente Bill Clinton. Por increíble que parezca, Ayala encuentra tiempo todavía para comprobar por su propia mano si las uvas de sus viñedos tiene ya el punto exacto de madurez que los bodegueros le exigen.

Delgado, luciendo un terno gris y mirando a veces de reojo la pintura del techo, como si quisiera encontrar allí la palabra justa en español que le faltaba a su discurso, fue desmontando una a una las falacias y recordándonos las pruebas ineludibles de la evolución biológica, que ya enunció magistralmente Charles Darwin y que hoy la genética y la biología molecular han enriquecido con evidencias aún más exquisitas. Precisamente una de las ideas más elegantes, el llamado “reloj molecular”, fue el fruto de su tesis de doctorado en la Universidad de Columbia, una ingeniosa técnica que permite datar cronológicamente hechos evolutivos, comparando la composición química de las proteínas en diferentes especies.

El Génesis nos habla de un Dios alfarero, aficionado a modelar el barro y a soplarlo después y la tradición catequética ha usado con frecuencia el símil de un Dios relojero para sugerir que diseños biológicos tan sorprendentemente perfectos, como el ojo o el cerebro, necesitarían inexcusablemente de un artífice, de un diseñador inteligente. Darwin encontró una explicación brillante que no necesitaba de alfareros entusiastas ni de relojeros suizos. La llamó “selección natural”. Hermosamente sencilla, era la explicación perfecta.

Sin embargo, la superstición, disfrazada de Diseño Inteligente, pretende todavía hoy restaurar el creacionismo clásico y presentarlo incluso como una alternativa “científica” en escuelas e institutos. En los Estados Unidos la cuestión ha despertado tan viva polémica, que ha exigido incluso pronunciamientos judiciales para poner las cosas en su sitio. No hemos llegado a tal extremo en España, aunque el debate sí cobró tintes muy agrios en el XIX, cuando una Iglesia beligerante y monolítica quiso plantar cara al darwinismo y combatir a quienes, desde las cátedras, las academias o los centros de enseñanza, tuvieron la osadía de adherirse públicamente a una visión considerada entonces peligrosamente materialista y atea.

Mucho han cambiado las cosas, afortunadamente, y hasta el propio Vaticano, que no pasa precisamente hoy por su etapa más aperturista, ha dejado bien clara su postura de distanciamiento frente al Diseño Inteligente y recuerda que la Biblia no es un libro de ciencia, que el lenguaje bíblico es alegórico y que el escritor sagrado, cuando intentaba explicar verdades de fe, lo hacía inmerso sin remedio en el paradigma cosmológico vigente en su época.

Aclarado el asunto, sólo los sectores más fundamentalistas del catolicismo mantienen todavía el gesto adusto cuando oyen hablar de Darwin. Por lo demás, ciencia y religión son, a juicio de Ayala, dos ventanas distintas desde donde mirar el mismo mundo. La ciencia explica los procesos, la religión se pregunta por los significados. El conflicto llega cuando alguna de ellas extralimita su campo de competencias.

Diez lámparas isabelinas trataban aquel día de iluminar el Salón Regio del Palacio de la Diputación. Precisamente, Francisco José Ayala pidió que se apagaran algunas para poder proyectar imágenes en la pantalla. En la penumbra que se creó entonces, Ayala nos iluminó a todos el entendimiento y el sentido común. Fue una experiencia gozosa y clarificadora.