¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

jueves, 29 de septiembre de 2011

En el quinto centenario de Miguel Servet


Hoy, 29 de septiembre se cumplen exactamente 500 años del nacimiento en Villanueva de Sigena (Huesca) de un personaje especialmente emblemático para la Historia de la Medicina: Miguel Servet.

Miguel se crio en la zona de Los Monegros, en un paisaje estepario donde la tierra parece unirse con el cielo. Dotado de una vivísima curiosidad, se interesó por los principales saberes de su tiempo: lenguas clásicas, astronomía, geografía, meteorología, matemáticas, teología y jurisprudencia. En Francia estudió también Medicina y fue allí donde tomó contacto con algunos teólogos protestantes, con quienes le gustaba dialogar y tratar de desentrañar la verdad teológica que parecía ocultarse tras el lenguaje farragoso de los eruditos de entonces. La idea de un Dios único pero trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), por ejemplo, le parecía un galimatías de las palabras que era más fruto de la verborrea teológica que de la tradición bíblica.



Siguiendo las ideas científico-teológicas del médico catalán Sabunde y su Theologia Naturalis, Servet pensaba que Dios había concedido dos regalos extraordinarios al hombre: dos libros repletos de sabiduría para todo aquel (o aquella, no vayamos a liarla) que quisiera acercarse a leerlos. Uno de ellos era la Biblia, que contiene la Palabra de Dios revelada. Y el otro era el Gran Libro de la Naturaleza, que es preciso explorar y descubrir utilizando la inteligencia. Viniendo ambos de Dios, no puede existir contradicción entre ellos. Si el estudioso apreciase alguna contradicción, sería señal inequívoca de que está malinterpretando alguno de los dos. 

Existen numerosas citas veterotestamentarias que relacionan el alma con la sangre. Esta conexión interesó mucho a Servet y dedicó muchas horas de investigación a delimitar el recorrido exacto del torrente circulatorio y, por tanto, los caminos secretos del alma. Descubrió así que la sangre partía del ventrículo derecho hacia los pulmones por la gran avenida que hoy llamamos arteria pulmonar. Allí se oxigenaba y retornaba cargada de aire vivificante a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares. La descripción anatomofisiológica de este recorrido constituye uno de los capítulos de su libro Christianismi Restitutio (1553). 

Las tesis anabaptistas y antitrinitarias que sostenía en su obra, le valieron la persecución tanto de la inquisición católica como de la protestante, hasta el punto de que se vio obligado a viajar bajo nombre falso (Michel de Villeneuve) para esquivar las asechanzas de los inquisidores y las húmedas paredes de la cárcel. A pesar de estas precauciones, fue arrestado en Ginebra por los calvinistas y quemado en la hoguera por orden del Consejo de la Ciudad.

Con el fin de conmemorar la efemérides, al pintor Dino Valls (no se pierdan su fascinante obra en: www.dinovalls.com) y a un servidor se nos ocurrió enviar al equipo de Google siete propuestas para que vistieran con alguna de ellas la página de inicio de su buscador. Aquí mostramos dos de ellas. Por desgracia, no hemos tenido suerte. ¡Qué le vamos a hacer! O a lo mejor es que en Silicon Valley no conocen aún a Miguel Servet. Todavía si fuera Ronaldo... 

Sea como fuere, lo importante de todo esto es comprobar que muchos de nosotros sí tenemos presente a Servet y tenemos también el firme deseo de explicar quién era y por qué lo seguimos recordando. No se trata sólo de la circulación pulmonar, sino de toda una actitud de búsqueda del sentido integral de las cosas, su crítica de la autoridad de Galeno, sus posturas teológicas sostenidas frente a las inquisiciones de cualquier signo, su pasión poliédrica por tantas ramas del saber... Ahí hay un mensaje útil para que nuestros alumnos lo conozcan (y de paso también nosotros lo aprendamos), un mensaje que va más allá del dato histórico y la efemérides pasajera. Ojalá sea así.



Por simple honestidad, no tengo más remedio que dedicar esta entrada al médico y pintor zaragozano Dino Valls, que ha asumido con entusiasmo el reto y ha dado por bien empleado el tiempo (¿perdido?) que hemos dedicado a esta propuesta. El placer de trabajar con él en este extraño proyecto artísitico-histórico-científico ha sido, sin duda, el mejor premio.
  
A quien desee mayor información sobre Servet, le recomiendo:
1) Que lea el trabajo del Profesor Leandro Sequeiros en Tendencias 21: La muerte en la hoguera de Miguel Servet impulsó la libertad de conciencia.
2) Que se pase por el blog del Dr. Francisco Doña (Tiempo para la memoria), que dedica hoy una extensa entrada al personaje, elaborada con el rigor y la solidez a la que nos tiene acostumbrados.
3) Que vaya a la página del Instituto de Estudios Sijenenses (Michael Servetus Institute)


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Necrológica: Prof. Juan Ramón Zaragoza Rubira


Juan Ramón Zaragoza Rubira, médico, humanista y escritor
(Valencia, 1938 – Sevilla, 2011)

El 25 de septiembre recibimos con tristeza la noticia del fallecimiento del Dr. Juan Ramón Zaragoza Rubira, especialista en Radiología y Profesor Emérito de la Universidad de Sevilla.

El doctor Zaragoza nació en Valencia en 1938, donde inició una brillante trayectoria como historiador de la Medicina bajo el magisterio del profesor López Piñero. A esa época pertenecen publicaciones como La Medicina en la España protohistórica (1967) y Medicina y sociedad en la España romana (1971), que siguen siendo trabajos de referencia constantemente citados en la bibliografía historicomédica.

Se trasladó luego a la Universidad de Sevilla como catedrático de Radiología y Medicina Física. Médico, escritor y humanista destacado, el profesor Zaragoza recibió el prestigioso Premio Nadal de 1980 por su novela Concerto grosso. De intereses muy poliédricos, en la línea de un humanismo que hoy escasea, siempre consideró su tarea de profesor como la más importante, a pesar de haber llegado a desempeñar puestos de alta gestión, como Delegado del Ministerio de Sanidad en Sevilla o como Decano en la Facultad de Medicina. A su amplia cultura unía una habilidad didáctica poco común, que le permitía rociar de amenidad hasta los temas aparentemente más abstrusos. Quienes fuimos sus alumnos entonces tuvimos la suerte de disfrutar su modo tan particular de transmitir, no sólo el saber, sino también el sabor de los conocimientos que impartía, pues no era fácil quedar indiferente a su entusiasmo o dejar de sonreír ante la agudeza de su elegante ironía valenciana.

Publicó también diversas obras de divulgación sanitaria, como Tabaco y salud (1980), Una vida larga y sana (1990) o Saber dormir, saber soñar (1993). En 2006 recibió el Premio Galeno de la Fundación del Colegio de Médicos de Sevilla a su trayectoria profesional y hace tan sólo unos meses había publicado su última novela Tabaco: el virus California (2011), una ficción que analiza las hipotéticas consecuencias sociales y económicas que tendría la desaparición global del cultivo del tabaco  por una plaga vírica. Trabajador incansable, estos días se encontraba ya corrigiendo las páginas de una nueva novela, Cuando salí de Cuba, que permanece todavía inédita y ojalá que no lo esté por mucho tiempo. En ella describe el derrumbamiento del imperio colonial español de ultramar desde dos ópticas complementarias: la española y la norteamericana.

El profesor Juan Ramón Zaragoza Rubira era miembro de la Real Academia de Medicina de Sevilla y de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras. Sin embargo, quienes le conocimos, recordaremos siempre su cercanía, su afabilidad perenne y su modo sencillo de mantenerse alejado de la presunción que brindan los títulos y los nombramientos. El funeral tendrá lugar el jueves 29 de septiembre en la Parroquia de Santa Clara a las siete de la tarde.

Juan V. Fernández de la Gala
Profesor de Historia de la Medicina y la Enfermería
Universidad de Cádiz

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Alma llanera


Los Llanos de Venezuela componen uno de los paisajes más hermosos del planeta. Se trata de un  laberinto de humedales formado por las aguas del río Orinoco, con una estación seca y otra húmeda muy bien definidas, lo que obliga a la fauna y la flora a adaptaciones muy curiosas. Las grandes planicies y los pastos han permitido, además, el desarrollo de una agricultura y una ganadería típicamente extensivas.

Los habitantes de los llanos, los llaneros, tienen fama de hábiles jinetes y su género musical más conocido quizá sea el joropo: una especie de vals rápido con zapateado.

La composición "Alma llanera" es uno de los joropos más cantados en Venezuela, donde llega a ser una especie de segundo himno nacional.

Enviamos un afectuoso saludo a los venezolanos y colombianos que visitan el blog, puesto que, en honor a la verdad, Colombia y Venezuela comparten el fascinante paisaje de los llanos y ambos países mantienen una amistosa disputa, aún no resuelta satisfactoriamente, sobre los orígenes del joropo.

Para ellos, estas dos versiones muy distintas de "Alma llanera". La primera, acompañada de un curioso coro gestual para sordos. La segunda, instrumental y con imágenes de la flora y fauna de los llanos. A algunos quizá les extrañe ver cebúes (Bos taurus indicus), que es ganado vacuno típicamente asiático. Pero fueron introducidos en gran número en los siglos XIX y XX, en toda sudamérica, especialmente en Brasil, como magníficos productores de carne. La especie (la subespecie, para ser exactos) se ha adaptado muy bien y se ha cruzado con los toros y vacas locales. Ahí van.

Agradezco mucho a Eloísa Fernández Fernández, campilleja intrépida a la que admiro y quiero mucho, que me enviase esta magnífica referencia.









 El doctor José Manuel Brea (no se pierdan su blog "Medicina y melodía") nos sugiere en los comentarios esta magnífica versión, "plena de fuerza, ritmo y sabor" de Gustavo Dudamel y la Orquesta Juvenil Bolivariana. Atendemos su sabio consejo y ya verán cómo tiene toda la razón:

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Homenaje a GINER DE LOS RÍOS en Jerez


Para saber más sobre Giner de los Ríos, ahí va este enlace a la Wikipedia

Imágenes sin comentarios:

La viñeta, muy tétrica, pero bastante bien fundada, es del dibujante David Vela y fue premio de la Bienal de Dibujo Humorístico de Tenerife. Habla de la superficialidad de las relaciones virtuales, que carecen de la presencialidad afectiva y efectiva de las relaciones personales. En el departamento en el que trabajo, los ánimos están divididos entre partidarios y detractores del uso docente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Lo cual es estupendo, porque así a los que estamos entusiasmados con estos medios, los compañeros nos obligan a ser prudentes y, nosotros, por nuestra parte, tratamos de subrayar las virtudes de estos nuevos modos, cuando son usados con el necesario equilibrio. Por suerte, nos llevamos muy bien, nos respetamos mucho y nunca llega la sangre al río. A ver qué os parece a vosotros.

martes, 13 de septiembre de 2011

15 frases del 15M



1. "No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros"

2. "No hay pan para tanto chorizo"

3. "¿Dónde está la izquierda? al fondo, a la derecha".

4. "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir".

5. "Se alquila esclavo. Económico"

6. "Si viene la policía, sacad las uvas y disimulad"

7. "Error 404: Democracia not found"

8. "Error de sistema. Reinicie, por favor

9. "Mis sueños no caben en tus urnas"

10. "Nos mean y dicen que llueve"

11. "No falta el dinero. Sobran ladrones"

12. "Ni se te ocurra apagar la televisión... Podrías pensar"

13. "Tengo una carrera y como mortadela"
14. "Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco"



15. "Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean"




sábado, 10 de septiembre de 2011

Il n'y a pas de mouvement sans rhytme


Mientras tecleo estas líneas pienso en el ritmo de las cosas. Encuentro una idea que expresar y mis dedos repiquetean con prisa. Pienso un poco y quizá corrijo algo. Luego hay una frase que no acierto a redactar y los dedos van por el teclado con una lentitud indecisa y torpe. Es el ritmo de las cosas. El ritmo del trabajo, el ritmo de nuestros pasos diligentes o perezosos, el ritmo con que las palabras son pronunciadas y espaciadas entre silencios, el ritmo de quien respira a tu lado, dormido quizá, el ritmo cambiante de nuestro propio pulso, que se acompasa al ejercicio y a la emoción... Todo es ritmo. Y este vídeo de ecos africanos lo cuenta mucho mejor que yo... ¡y con más ritmo!
Feliz fin de semana a todos.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Los fierros de la ortografía y la gramática



BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS

A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: ¿ya vio lo que es el poder de la palabra? Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor, que tenían un dios especial para las palabras. Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. 

La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. 

No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber como se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global. 

La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo "pasar" tenga cincuenta y cuatro significados, mientras en la república del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra "condoliente", que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aun no se ha inventado. 

A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: "Parece un faro''. Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazara un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que Don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejo escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso? 

Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa. 

En ese sentido, me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una? 

Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que les lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años. 

Gabriel García Márquez