Hoy, 29 de septiembre se cumplen exactamente 500 años del nacimiento en Villanueva de Sigena (Huesca) de un personaje especialmente emblemático para la Historia de la Medicina: Miguel Servet.
Miguel se crio en la zona de Los Monegros, en un paisaje estepario donde la tierra parece unirse con el cielo. Dotado de una vivísima curiosidad, se interesó por los principales saberes de su tiempo: lenguas clásicas, astronomía, geografía, meteorología, matemáticas, teología y jurisprudencia. En Francia estudió también Medicina y fue allí donde tomó contacto con algunos teólogos protestantes, con quienes le gustaba dialogar y tratar de desentrañar la verdad teológica que parecía ocultarse tras el lenguaje farragoso de los eruditos de entonces. La idea de un Dios único pero trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), por ejemplo, le parecía un galimatías de las palabras que era más fruto de la verborrea teológica que de la tradición bíblica.
Siguiendo las ideas científico-teológicas del médico catalán Sabunde y su Theologia Naturalis, Servet pensaba que Dios había concedido dos regalos extraordinarios al hombre: dos libros repletos de sabiduría para todo aquel (o aquella, no vayamos a liarla) que quisiera acercarse a leerlos. Uno de ellos era la Biblia, que contiene la Palabra de Dios revelada. Y el otro era el Gran Libro de la Naturaleza, que es preciso explorar y descubrir utilizando la inteligencia. Viniendo ambos de Dios, no puede existir contradicción entre ellos. Si el estudioso apreciase alguna contradicción, sería señal inequívoca de que está malinterpretando alguno de los dos.
Existen numerosas citas veterotestamentarias que relacionan el alma con la sangre. Esta conexión interesó mucho a Servet y dedicó muchas horas de investigación a delimitar el recorrido exacto del torrente circulatorio y, por tanto, los caminos secretos del alma. Descubrió así que la sangre partía del ventrículo derecho hacia los pulmones por la gran avenida que hoy llamamos arteria pulmonar. Allí se oxigenaba y retornaba cargada de aire vivificante a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares. La descripción anatomofisiológica de este recorrido constituye uno de los capítulos de su libro Christianismi Restitutio (1553).
Las tesis anabaptistas y antitrinitarias que sostenía en su obra, le valieron la persecución tanto de la inquisición católica como de la protestante, hasta el punto de que se vio obligado a viajar bajo nombre falso (Michel de Villeneuve) para esquivar las asechanzas de los inquisidores y las húmedas paredes de la cárcel. A pesar de estas precauciones, fue arrestado en Ginebra por los calvinistas y quemado en la hoguera por orden del Consejo de la Ciudad.
Con el fin de conmemorar la efemérides, al pintor Dino Valls (no se pierdan su fascinante obra en: www.dinovalls.com) y a un servidor se nos ocurrió enviar al equipo de Google siete propuestas para que vistieran con alguna de ellas la página de inicio de su buscador. Aquí mostramos dos de ellas. Por desgracia, no hemos tenido suerte. ¡Qué le vamos a hacer! O a lo mejor es que en Silicon Valley no conocen aún a Miguel Servet. Todavía si fuera Ronaldo...
Sea como fuere, lo importante de todo esto es comprobar que muchos de nosotros sí tenemos presente a Servet y tenemos también el firme deseo de explicar quién era y por qué lo seguimos recordando. No se trata sólo de la circulación pulmonar, sino de toda una actitud de búsqueda del sentido integral de las cosas, su crítica de la autoridad de Galeno, sus posturas teológicas sostenidas frente a las inquisiciones de cualquier signo, su pasión poliédrica por tantas ramas del saber... Ahí hay un mensaje útil para que nuestros alumnos lo conozcan (y de paso también nosotros lo aprendamos), un mensaje que va más allá del dato histórico y la efemérides pasajera. Ojalá sea así.
Por simple honestidad, no tengo más remedio que dedicar esta entrada al médico y pintor zaragozano Dino Valls, que ha asumido con entusiasmo el reto y ha dado por bien empleado el tiempo (¿perdido?) que hemos dedicado a esta propuesta. El placer de trabajar con él en este extraño proyecto artísitico-histórico-científico ha sido, sin duda, el mejor premio.
A quien desee mayor información sobre Servet, le recomiendo:
1) Que lea el trabajo del Profesor Leandro Sequeiros en Tendencias 21: La muerte en la hoguera de Miguel Servet impulsó la libertad de conciencia.
2) Que se pase por el blog del Dr. Francisco Doña (Tiempo para la memoria), que dedica hoy una extensa entrada al personaje, elaborada con el rigor y la solidez a la que nos tiene acostumbrados.
3) Que vaya a la página del Instituto de Estudios Sijenenses (Michael Servetus Institute)
Es una lástima que Google no haya aprovechado la oportunidad de recordar a Miguel Servet, cuando se le ha ofrecido "en bandeja" y gratis. Me consta la calidad de las propuestas presentadas, todas, incluyendo, por supuesto la de Dino Valls, que es magnífica... En fin, ellos sabrán (o, mejor dicho, no sabrán).
ResponderEliminarPersonalmente, te felicito, amigo Juan, por tu gran iniciativa, y te agradezco la referencia a mi blog.
Nosotros sí seguiremos recordando a Servet.
Un abrazo.