¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

sábado, 17 de mayo de 2008

Edward Jenner y la vacuna contra la viruela


También un 17 de mayo, como hoy, pero de 1749, nació Edward Jenner en la ciudad de Berkeley (Inglaterra). Jenner fue médico rural, poeta y gran aficionado a la zoología y la botánica. En contra de la opinión de muchos de sus contemporáneos, fue el iniciador de las campañas de vacunación que hoy conocemos. Su descubrimiento de una vacuna contra la viruela, fue entonces el único medio de combatir una enfermedad que había llegado a ser una amenaza, especialmente en Europa y América.

Jenner era un apasionado de la naturaleza y sus misterios y, ya a los trece años, se convirtió en aprendiz del cirujano de la localidad próxima de Sodbury, con el que descubre que el ser humano esconde también misterios fascinantes. Ocho años después, se traslada a Londres para iniciar sus estudios médicos en el St George's Hospital. Allí conoce al profesor John Hunter, ilustre cirujano y naturalista, a cuyo lado comienza una serie de investigaciones experimentales en anatomía y fisiología. La relación de estrecha colaboración científica entre Hunter y Jenner se prolongaría incluso por carta, hasta la muerte del maestro.


Al terminar sus estudios, Jenner decidió regresar a Berkeley, su ciudad natal, para ejercer la medicina. En sus ratos libres escribía versos, tocaba el violín o hacía observaciones sonre la nidificación y la migración de las aves.


Fue allí, en sus continuas visitas a los granjeros de la zona, donde comprobó que había personas que padecían una forma muy leve de viruela y quedaban protegidos así contra la enfermedad. Eran precisamente aquéllos que se dedicaban a la tarea de ordeñar las vacas. Estos animales solían presentar en las ubres unas lesiones, a modo de pústulas (vesículas llenas de pus), llamadas "viruelas bobas" que podían contagiarse a las manos de los ordeñadores, aunque curaban en poco tiempo, sin causarles mayor molestia. Pero lo sorprendente es que Jenner comprobó que las personas que padecían estas "viruelas bobas" quedaban protegidas frente a la peligrosa viruela de los humanos, que estaba produciendo epidemias graves en todo el mundo y causando numerosas muertes.


Al parecer, los propios granjeros, conocían ya este fenómeno, pero muchos médicos lo consideraban "una superstición de la gente ignorante del campo". Jenner pensó que el sistema podría utilizarse como medida eficaz de prevención. Un día se decidió: extrajo pus de una pústula de la mano de la joven Sarah Nelmes, que acababa de contraer la viruela boba al ordeñar su vaca. El 14 de mayo de 1796 lo inoculó a un chico de ocho años llamado James Phips, el cual no había padecido la viruela, ni la padeció tampoco posteriormente, ni siquiera cuando fue inoculado por Jenner con la propia viruela humana.


Aunque Jenner realizó numerosos experimentos para confirmar este hecho, muchos de sus colegas no le creyeron. Le expulsaron incluso de la Asociación Médica de Londres y se llegó a decir que quien se sometiera a la vacuna acabaría adquiriendo los hábitos y comportamiento de las propias vacas. La propia palabra "vacuna" hace referencia al origen vacuno de este primer método de inmunización.

En otros países, la aceptación de la técnica de Jenner fue más entusiasta. Especialmente en España, donde el doctor Francisco Balmis dirigió en 1803 la llamada Real Expedición de la Vacuna, para llevar la invención de Jenner a los territorios españoles de ultramar. La expedición viajaba con un grupo de niños que servían como reservorio para poder extraer continuamente de ellos el material de inoculación (Recomiendo al respecto consultar la magnífica web de la Fundación Balmis)

En 1805, algunos médicos franceses, convencidos de la utilidad del método de Jenner, aconsejan a Napoleón que vacunase a sus tropas. Fue un éxito y las bajas del ejército francés por viruela fueron mínimas, en comparación con las producidas en otros ejércitos europeos. Algunos nobles franceses decidieron también vacunar a su familia, propiciando así que este avance fuera extendiéndose a otros sectores de la población.

Al ver la aceptación tan grande que sus investigaciones habían logrado fuera de Inglaterra, los colegas ingleses de Jenner se convencen, le felicitan y le invitan a establecerse como médico en Londres, "donde podría ganar mucho más dinero", le dicen. Pero Jenner se quedó en Berkeley, como médico rural, hasta su muerte en 1823.

Los trabajos originales de Jenner sobre la vacunación antivariólica pueden consultarse on line en: http://www.bartleby.com/38/4/

Más información sobre Edward Jenner en la Enciclopedia Británica: Edward Jenner

1 comentario:

  1. para que sirve la vacuna contra la viruela
    GRASIAS.

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