Tal día como hoy, pero de 1787, nació en Mahón (Menorca) el doctor Mateo Buenaventura Orfila, considerado como el padre de la toxicología moderna. Muchas veces he propuesto que, coincidiendo con la efemérides, se celebrase hoy el Día Internacional de la Toxicología y la iniciativa ha tenido buena aceptación en la comunidad científica de habla hispana, si bien falta que los responsables de las asociaciones profesionales de toxicología la secunden oficialmente, dando los oportunos pasos para institucionalizar esta fecha.
Desde el punto de vista educativo, sería una buena oportunidad para dar a conocer esta ciencia apasionante, que ya no es sólo la "ciencia de los venenos" como en los tiempos de Orfila, sino que sus saberes se extienden desde el amplio entorno de la toxicología ambiental (pesticidas y otros contaminantes), hasta los rincones más íntimos de nuestra propia casa (toxicidad potencial de los medicamentos y productos de limpieza que usamos y almacenamos, ignorantes muchas veces de su peligrosidad), incluyendo hasta el propio plato de comida ante el que nos sentamos tres veces al día (toxicología de los alimentos) o los peligros inherentes a nuestro puesto de trabajo (toxicología laboral).
Orfila inició sus estudios de Medicina en Valencia. A un espíritu inquisitivo como el suyo, las enseñanzas de aquella época no le parecieron suficientes e intentó completarlas con la bibliografía francesa que buenamente pudo encontrar y realizando en casa sus propios experimentos, en compañía de otros entusiastas de la Química. Continuó luego su formación en Barcelona y Madrid, intentando siempre encontrar profesores que le aportasen conocimientos reales y no mera retórica academicista. Gracias a una beca de la Junta de Comercio de Barcelona, Orfila pudo trasladarse a París para completar allí su formación química. Se ganaba la vida impartiendo cursos de química experimental y de ciencias naturales y algunos biógrafos dicen que también cantaba con reconocido éxito en los salones parisinos.
Entre 1814 y 1817 se publicaron sus dos grandes obras: "Tratado de los venenos" y "Elementos de Química Médica", que le dieron fama internacional como científico. En 1819, fue nombrado profesor de la Facultad de Medicina, iniciando así una brillante carrera académica.
Se cuenta que sus clases eran muy concurridas, pues recurría siempre a demostraciones experimentales en público y lograba entusiasmar a los estudiantes, encantados de poder "ver" las cosas en lugar de leerlas en los libros de texto. Fue decano de la Facultad de Medicina de París, miembro del Consejo Real de Instrucción Pública y de numerosas academias científicas francesas y extranjeras. Promovió la aparición de varias revistas científicas y fue llamado como experto en numerosos casos judiciales por envenenamiento. Cuando falleció en París el 12 de marzo de 1853, era ya uno de los científicos europeos de mayor prestigio.
SI QUIERES SABER MÁS SOBRE ORFILA:
Modestamente, yo también me uno a tu iniciativa para promover la celebración del "Día Internacional de la Toxicología" coincidiendo con la fecha de nacimiento de Orfila.
ResponderEliminarInteresante y muy bien elaborado el blog que le dedicas... Y que -en mi opinión- merecería ser actualizado.
Finalmente, en la entrada de hoy, añadiría una mención a la "Toxicología Laboral", vinculada ciertamente a la "Ambiental" pero con connotaciones específicas que tratamos en los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales.
Un fuerte abrazo.
Gracias por tu apoyo y por tu constructivo comentario, Paco. Me ha llamado siempre mucho la atención la diversificación extraordinaria que ha tenido la toxicología como ciencia y cómo ha sabido aprovechar la sensibilidad medioambiental, que en España empezamos a vivir de modo creciente en los 70 y los 80, para dar respuestas eficaces. La ecotoxicología es una ciencia que promete y viene a ser una toxicología de la biosfera, en la línea de la hipótesis Gaia.
ResponderEliminarEl "blog" de Orfila no es propiamente un blog tipo bitácora, sino que pretendía ser más bien un portal con enlaces a su obra y a los estudios críticos que vayan surgiendo. Es cierto que merecería actualizarlo con cierta frecuencia. Lamentablemente, no dispongo de tiempo para ello.
Completamente de acuerdo con la importancia extraordinaria de la Toxicología laboral, que, siendo tú especialista en el tema, me veo en la obligación moral de mencionar al menos.
Un abrazo
JV
Más información:
ResponderEliminarhttp://dfmf.uned.es/biologia/2010/04/dia-internacional-de-la-toxicologia/
El Día Internacional de la Toxicología en la web de la Red Iberoamericana de Toxicología y Seguridad Química (RITSQ): http://ritsq.org/
ResponderEliminarPues sólo se me ocurre decir: "¡Oh, gracias!" ;-)
ResponderEliminarMe alegra que la Red Iberoamericana de Toxicología y Seguridad Química (RITSQ) se haga eco de esta inquietud, que es ya la de todos.
Un cordial saludo
JV
Un año más me alineo con el Dr. Juan V. Fernández de la Gala en su propuesta de institucionalizar el aniversario del naciomiento de MJB Orfila como Día Internacional de la Toxicología, y un año más me duelo de que los toxicólogos españoles no hagamos nada en ese sentido y desaprovechemos la ocasión de honrar a un español internacionalmente reconocido como iniciador de la Toxicología científica y, al propio tiempo, publicitar a la TOXICOLOGÍA.
ResponderEliminarEs tanto más lamentable cuando en los últimos años ha habido entusiastas adhesiones de ilustres toxicólogos extranjeros a la idea.
Y más lamento el estar seguro de que si la propuesta hubiese partido desde otro país, para honrar a cualquier otro, nos habríamos movilizado.
Pero así somos; está en nuestros genes.
Dr. Manuel Repetto
Agradezco mucho al Prof. Manuel Repetto su apoyo manifiesto a esta iniciativa durante todos estos años. Se trata además, en su caso, de un apoyo efectivo y no sólo testimonial, pues me consta que aprovecha siempre los foros científicos en los que participa para llamar la atención sobre
ResponderEliminaresta deuda de gratitud que tenemos con Orfila, que fue una especie de "becario Erasmus" avant-la-lettre o, visto de modo más pesimista, uno de
nuestros primeros científicos en iniciar "fuga de cerebros".
Orfila no sólo mejoró los conocimientos toxicológicos, sino que los supo acercar a la sociedad por un triple camino: participando como perito en casos de gran interés mediático, propiciando la experimentación como recurso
pedagógico en el aula y elaborando novedosos textos y manuales de prestigio que fueron ampliamente difundidos.
Estoy convencido de que las palabras del Prof. Repetto, que son mucho más solventes que las mías, no caerán en saco roto, como suele decirse y que desde las instituciones profesionales y científicas de la toxicología de nuestro país surgirán las oportunas gestiones para institucionalizar, quizá algún día, tan señalada fecha.
Un cordial saludo a todos
Juan V. Fernández de la Gala