Podría ser un cuadro más en el museo de arte moderno, pero el artífice, en este caso, no es el hombre
Es una vista aérea de la Isla del Trocadero, en Puerto Real (Cádiz), formada por el depósito secular de limos y arenas, arrastrados por el río y reubicados luego por las mareas, hasta lograr este equilibrio arboriforme que emociona por igual a los artistas y a los matemáticos.
Los ojos, siempre nuevos, del poeta, lo ven así:
Cómo definir la belleza que derrocha el
orden de la complejidad, la estructura
de la irregularidad, la simplicidad de la
sofisticación. Todo aquí representado.
Contrarios absolutos recogidos de forma
infinita. Es como verme por dentro. Saborear
mi paisaje vital y palpitante de
barro y agua. Acogedores reencuentros
con volúmenes fértiles y sugestivos.
(Odile Rodríguez de la Fuente)
orden de la complejidad, la estructura
de la irregularidad, la simplicidad de la
sofisticación. Todo aquí representado.
Contrarios absolutos recogidos de forma
infinita. Es como verme por dentro. Saborear
mi paisaje vital y palpitante de
barro y agua. Acogedores reencuentros
con volúmenes fértiles y sugestivos.
(Odile Rodríguez de la Fuente)
Puedes ver más fotos de esta exposición en: "Armonía fractal de Doñana y las Marismas"
También es admirada por quien simplemente estudia el meidoambiente, con un mínimo de interés.
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