Tomado de la página web del Centro Virtual Cervantes (CVC): http://cvc.cervantes.es/
El trujamán
Viernes, 22 de septiembre de 2000
Traducir y traicionar
Por Álvaro García Meseguer
Solía decir don Juan Batanero, mi profesor de estructuras metálicas, que un mal traductor demuestra tres ignorancias: la de la lengua origen, la de la lengua término y la de la materia en cuestión. Gran verdad. Por ello, siempre me ha admirado la profesión de traductor, ya que para serlo hay que tener dos cosas, en mi opinión: una gran preparación y una gran osadía.
Pero don Juan se refería a traductores de materias técnicas. Si nos referimos a traductores en general, creo yo que a los tres elementos citados por mi profesor habría que añadir el conocimiento de la cultura del país origen. De fallar este cuarto elemento, un día u otro el traductor acabará traicionando al autor sin darse cuenta de ello.
Un notable ejemplo que puede ilustrar lo que digo lo escuché en marzo de 1997 de labios de un ponente cuyo nombre lamento no recordar, en ocasión de celebrarse en la Universidad de Málaga las Segundas Jornadas Internacionales de Traducción e Interpretación. Según parece, en cierta ocasión un periodista ruso tradujo para una revista de Moscú parte de un artículo publicado en el diario El País por Maruja Torres. En el artículo original aparecía la siguiente frase: «En España, cualquier parida va a misa», frase que apareció traducida al ruso de la siguiente manera: «En España, las mujeres que dan a luz van a la iglesia a dar gracias».
Ilustración: cartel del VI Congreso Internacional de Traducción, Texto e Interferencias.
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