Aquí está la imagen del joven David, desafiante y seguro de sí mismo, poco antes de enfrentarse al gigante Goliat, al que derribó de una pedrada en la frente, de acuerdo con el relato bíblico. Esta estatua, encargada a Miguel Ángel Buonarroti para la catedral de Florencia y costeada por el gremio de mercaderes de la lana, ha resumido siempre el canon de la belleza renacentista. No obstante, advierten los expertos, tanto la cabeza como las manos están algo sobredimensionadas, con idea de producir un mayor impacto visual en el espectador.
-
Antes de ser esta obra de arte inolvidable, era sólo un bloque de mármol de Carrara que sobró de unas obras y que se había pasado 40 años a la intemperie en uno de los patios de la catedral, sin que nadie le prestase la menor atención. Luego Miguel Ángel, que tenía entonces sólo 26 años, estuvo trabajándolo con cincel y martillo entre 1501 y 1504 y surgió de la piedra un cuerpo joven, musculoso, lleno de fuerza contenida.
-
Actualmente, las dietas hipercalóricas y el sedentarismo han cambiado los esquemas corporales, las modas anatómicas y las proporciones estéticas de tal modo que si hoy Miguel Ángel tuviera que repetir su obra, quizá optaría por esta otra versión, menos idealista y más próxima a lo cotidiano.
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por animarte a escribir un comentario.