Jeffrey Wilson, de la Universidad de Michigan (EEUU), conocido por sus trabajos para National Geographic, y los paleontólogos argentinos Ricardo Martínez y Óscar Alcober, de la Universidad Nacional de San Juan, han encontrado a orillas del río Colorado (Argentina) los restos de un dinosaurio carnívoro del grupo de los saurópodos (dinosaurios de cola y cuello largos).
Por la foto, parece un dinosaurio más. Los dientes, afilados y numerosos, permiten deducir su dieta carnívora. Pero el estudio detenido de los huesos incrustados en la roca ha permitido, mediante técnicas ecográficas, demostrar que estaban "neumatizados", es decir, tenían cavidades aéreas, probablemente conectadas con los pulmones, que proporcionaban al animal un excelente suministro de oxígeno y le permitían una activa vida de predador. Por eso han decidido llamarlo Aerosteon ("huesos de aire"), aunque han tenido que recurrir simultáneamente al griego y al latín para fabricar este nombrecito (lo ideal es que el origen sea sólo griego o sólo latino, evitando estos híbridos del idioma).
La neumatización de los huesos es un sistema empleado habitualmente por las aves, que disponen de cavidades llamadas "sacos aéreos", capaces de actuar como fuelles adicionales para mejorar la capacidad de los pulmones. Estos huesos neumáticos suponen, además, un menor peso del esqueleto, lo que constituye una enorme ventaja para los animales voladores. Dicen los expertos que ése es el motivo de que las aves superen con creces a los mamíferos voladores (quirópteros), como el murciélago, que carecen de este sistema.
El hallazgo del Aerosteon riocoloradensis es una prueba más de las grandes conexiones evolutivas que existen entre las aves y los reptiles. Todo indica que aquéllas proceden de éstos. Así que, cuando alguien pregunta qué pasó con los dinosaurios, la respuesta es clara: siguen aquí y viven en tu propia casa y hasta es posible que tú les estés dando de comer. Mirar con atención cualquier pájaro de jaula y reparar, por ejemplo, en las escamas que cubren sus patas, nos hará entender quiénes fueron sus abuelos en el árbol frondoso de la evolución. Probablemente, hasta sintamos un escalofrío cuando veamos al canario o a la cotorra gorjear alegremente mientras nos mira de reojo.
(Foto: REUTERS)
La neumatización de los huesos es un sistema empleado habitualmente por las aves, que disponen de cavidades llamadas "sacos aéreos", capaces de actuar como fuelles adicionales para mejorar la capacidad de los pulmones. Estos huesos neumáticos suponen, además, un menor peso del esqueleto, lo que constituye una enorme ventaja para los animales voladores. Dicen los expertos que ése es el motivo de que las aves superen con creces a los mamíferos voladores (quirópteros), como el murciélago, que carecen de este sistema.
El hallazgo del Aerosteon riocoloradensis es una prueba más de las grandes conexiones evolutivas que existen entre las aves y los reptiles. Todo indica que aquéllas proceden de éstos. Así que, cuando alguien pregunta qué pasó con los dinosaurios, la respuesta es clara: siguen aquí y viven en tu propia casa y hasta es posible que tú les estés dando de comer. Mirar con atención cualquier pájaro de jaula y reparar, por ejemplo, en las escamas que cubren sus patas, nos hará entender quiénes fueron sus abuelos en el árbol frondoso de la evolución. Probablemente, hasta sintamos un escalofrío cuando veamos al canario o a la cotorra gorjear alegremente mientras nos mira de reojo.
(Foto: REUTERS)
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