Cuidado, son ellos: los nuevos fariseos. Igual que entonces, han trepado a la cúpula del poder religioso con sibilinas artes. Desde allí sus calvas apostólicas silencian, cercenan y condenan a los profetas de hoy. Igual que entonces se miran al ombligo de sus teologías onanistas y aniquilan cualquier intento de pensamiento libre que no les suene a voz hueca de papagayo escolástico.
Cuidado, son ellos. Guardan la llave de la fe bajo la almohada de sus propias pesadillas, pero ni entrarán ellos ni dejarán entrar a los demás.
Cuidado, son ellos. Los fundamentalistas con mitra, los talibanes de la cerrazón.
Cuidado, son ellos. Los fundamentalistas con mitra, los talibanes de la cerrazón.
El blog de Kircher está con Andrés Torres Queiruga y con José Antonio Pagola, teólogos libres, cercanos al mensaje de esperanza de Jesús de Nazaret. Nuestro más firme apoyo.
Te veo lapidando con saña, Juan, como convencido de estar en posesión de toda la verdad. Acuérdate de lo de "Quien esté libre de pecado..." No te pega ese tono.
ResponderEliminarInma, hubo una vez un tipo muy interesante, en torno al siglo I de nuestra era, que llamó a estos mismos señores "raza de víboras" y "sepulcros blanqueados". No llego yo a tanto aquí. ¿O quizá debería?
ResponderEliminarNo, no pienso lapidar a nadie, Inma, pero unos buenos tomatazos sí les daba, sí.
Este tono de ahora te va más. Ya hablamos.
ResponderEliminarJuan, tanto como lapidaciones no diría yo, pero algo más que tomatazos si, ¿no?, por ejemplo algo tan simple como ponerlos en su sitio que es, por cierto, de donde nunca debieron salir. Porque, es cierto eso que te dicen en el comentario de que "quien esté libre de pecado...", pero hay pecados y pecados, ¿no crees?, vamos que los hay veniales, mortales y mundiales. Como también los hay conscientes, inconscientes y consentidos que, a mi modo de ver son los más graves de todos. Un abrazo.
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