Un dos de mayo de 1602, festividad de san Atanasio, nació Athanasius Kircher en Geisa, cerca de Fulda (Alemania).
En su momento, quise hacer coincidir el nacimiento de este blog con la efemérides.
Han pasado 408 años y todavía seguimos recordando la originalidad de su figura y nos sigue asombrando la extensión de sus inquietudes.
En un mundo superespecialidado como el de hoy, donde cada científico se ocupa de un campo minúsculo y donde parecen haberse perdido las relaciones de perfecta complementariedad entre las ciencias y las humanidades, urge recuperar su figura y la de otros como él. Al menos como ejemplos de "pontífices" --en el mejor y más sano sentido del término-- es decir, como personas que supieron "establecer puentes" entre diferentes áreas del saber y animarnos a todos a transitar por ellos.
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