Una mujer muy sabia se despertó una mañana,
se miró al espejo y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.
'Hummm', pensó, 'creo que hoy me voy a hacer una trenza'.
Así lo hizo y pasó un día maravilloso.
Al siguiente día se despertó,
se miró al espejo y vio que solamente tenía dos cabellos en su cabeza.
'Hummm', dijo, 'creo que hoy me peinaré con la raya en medio'.
Así lo hizo y paso un día grandioso.
Al siguiente día, cuando despertó,
se miró al espejo y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
'Bueno', dijo ella, 'ahora me voy a hacer una cola de caballo'.
Así lo hizo y tuvo un día muy, muy divertido.
A la mañana siguiente, cuando despertó,
corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba ni un solo cabello en la cabeza.
'Qué bien', exclamó, 'hoy no voy a tener que peinarme'.
La actitud lo es todo.
La vida no es esperar a que la tormenta pase:
es aprender a bailar bajo la lluvia.
porque, cada persona que encuentras,
seguro que está peleando algún tipo de batalla.
(Adaptado de un texto anónimo que circula en la web)
Foto: Angelina Baliarda. Buenos Aires (Argentina)
Gracias, Lale, por enviarnos esta reflexión tan necesaria.
Es graciosa este historia porque es optimista, pero sobre todo transmite una buena lección para todos.
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