¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

martes, 28 de septiembre de 2010

De estrellas y hombres


"La naturaleza nos otorgó un ingenio curioso, y como quien sabe su gran arte y hermosura, nos engendró para que estuviéramos presentes en el espectáculo de las cosas (...) Pues no sólo puso al hombre derecho, sino que, habiéndolo creado para la contemplación y estudio de las estrellas que desde el Oriente corren hacia el Ocaso, y para que pudiera recorrer con todo el cuerpo esa visión, le puso la cabeza en alto, descansando sobre un cuello flexible... Es doctrina que yo acepto, que los hombres son una parte del espíritu divino que como centellas de lo sagrado, bajaron a la tierra..."

(Platón, siglo IV a. C. Leyes, 959)


Me ha hecho siempre mucha gracia esta interpretación que hace Platón del bipedismo y la posición erecta del hombre. Pero del texto me llama aún más la atención el hecho sorprendente de que Platón maneje, en el siglo IV a. de C., ideas que hoy diríamos cristianas, como ésta de que los hombres son criaturas en las que alienta lo divino, imágenes de Dios en la tierra, un argumento que desarrollaría luego el evangelista Mateo en el capítulo 25. Es un capítulo controvertido éste, porque habla de una fe que lleva al compromiso social y eso es algo que intranquiliza mucho a algunas calvas apostólicas, que prefieren la anestesia del ritualismo y el pietismo individualista y el retorno a una Iglesia que esté de espaldas al mundo. Pobres, porque es el miedo el que les mueve y no la esperanza.

Pero Platón nos regala aquí también otra idea sorprendente, que he oído muchas veces al astrónomo Carl Sagan y que yo desconocía que fuese una intuición platónica: somos el modo que tiene el Universo de conocerse y llegar a ser consciente de sí mismo.

Caramba, qué difícil es ser original pensando. A veces da la impresión de que ya está todo dicho y que lo único que queda por hacer es callarse, perderse en lo inefable y dedicarse a contemplar las estrellas que, desde el Oriente, corren, silenciosas también, hacia el Ocaso."

1 comentario:

  1. Pero no es imprescindible ser original, amigo Juan. Puede que alguien no conozca el texto de Platón que transcribes -como es mi caso- y agradezca el haberlo conocido. Y, si además se expresa el pensamiento propio del modo tan hermoso en que lo haces, siempre habrá merecido la pena hacerlo.

    Un abrazo.

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