La flota ballenera japonesa ha partido este domingo del puerto de Shimonoseki hacia el Pacífico Sur, donde pretende cazar, entre otros ejemplares, 50 ballenas jorobadas, ignorando por primera vez la moratoria internacional vigente sobre la captura de esta especie desde 1963.
Hasta el próximo mes de abril, cazarán 850 ballenas mink, medio centenar de ballenas fin y otras 50 ballenas jorobadas. La flota está compuesta por cuatro barcos liderados por el Nissin Maru, de 8.044 toneladas, y otros dos barcos de observación que comenzaron su singladura desde el norte de Japón el pasado miércoles. Además, 240 personas integran el equipo ballenero.
En lo que Japón presenta como un estudio sobre la edad de estos cetáceos y una recopilación de datos sobre su modo de vida y el contenido de sus estómagos, la flota nipona dará caza a ejemplares de ballena jorobada por primera vez desde 1963, fecha en la que esta especie quedó protegida por una moratoria internacional. La carne obtenida durante la expedición se venderá en el mercado japonés y los ingresos se reinvertirán en futuras campañas balleneras.
La caza de ballenas es una tradición en Japón, que abandonó su captura con fines comerciales en 1986, tras la aporbación de una moratoria internacional sobre la caza de los cetáceos; un año después, sin embargo, inició lo que denomina expediciones científicas sobre las ballenas.
La organización ecologista Greenpeace ha reaccionado con un comunicado en el que apunta que el programa ballenero japonés no es ciencia, sino caza comercial, y pide que se interrumpa.
(Diario EL PAÍS, 18/11/07)
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