LOS ENEMIGOS MICROSCÓPICOS DE LOS CRUZADOS
EL PÚBLICO- Madrid - 08/06/2008
Las crónicas medievales cuentan que la disentería fue uno de los mayores enemigos que los cruzados encontraron al invadir Tierra Santa. Para el investigador del Imperial College de Londres (Reino Unido), Piers Mitchell, esta explicación no bastaba. Experto en paleopatología y sobre todo en la medicina de las Cruzadas, este médico decidió rastrear los lugares donde aquellos caballeros pudieron haber enfermado, con el fin de rescatar cualquier resto que llevase a la identificación del patógeno responsable.
En colaboración con el antropólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Joe Zias, el estudio se centró en un pozo negro de la ciudad de Acre, empleado sólo por los residentes, y en una letrina del Hospital de San Juan de Jerusalén que era utilizada por caballeros, soldados y peregrinos. Los científicos no esperaban hallar parásitos completos, pero sí algún rastro de su firma molecular que se pudiera detectar por medio de anticuerpos.
A pesar de los siglos transcurridos, el ensayo ha funcionado. Según publicará en julio la revista Journal of Archaeological Science, los anticuerpos han revelado trazas de dos parásitos típicos de disentería, Entamoeba histolytica y Giardia duodenalis, en la letrina de San Juan, pero no así en Acre. En este caso, los habitantes locales estaban a salvo de contraer las infecciones que diezmaban a los cruzados.
En colaboración con el antropólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Joe Zias, el estudio se centró en un pozo negro de la ciudad de Acre, empleado sólo por los residentes, y en una letrina del Hospital de San Juan de Jerusalén que era utilizada por caballeros, soldados y peregrinos. Los científicos no esperaban hallar parásitos completos, pero sí algún rastro de su firma molecular que se pudiera detectar por medio de anticuerpos.
A pesar de los siglos transcurridos, el ensayo ha funcionado. Según publicará en julio la revista Journal of Archaeological Science, los anticuerpos han revelado trazas de dos parásitos típicos de disentería, Entamoeba histolytica y Giardia duodenalis, en la letrina de San Juan, pero no así en Acre. En este caso, los habitantes locales estaban a salvo de contraer las infecciones que diezmaban a los cruzados.
En las fotos: Giardia lamblia, con sus flagelos y su típico aspecto de cometa china. Imágenes al microscopio óptico (arriba) y al microscopio electrónico de barrido (debajo).
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