Está envenenada la tierra que nos entierra o destierra.
Ya no hay aire, sino desaire.
Ya no hay lluvia, sino lluvia ácida.
Ya no hay parques, sino parkings.
Ya no hay sociedades, sino sociedades anónimas.
Empresas en lugar de naciones.
Consumidores en lugar de ciudadanos.
Aglomeraciones en lugar de ciudades.
No hay personas, sino público.
No hay realidades, sino publicidades.
No hay visiones, sino televisiones.
Y hasta, para elogiar una flor, se dice: parece de plástico.
EDUARDO GALEANO
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