¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

sábado, 12 de abril de 2008

Forenses de la Universidad de Granada detectan un intento de fraude en las pruebas genéticas de paternidad:


La detección en España de un intento de fraude en la toma de muestras de saliva para un análisis de ADN está modificando el protocolo de actuación de los forenses: se empieza a incluir la obligación de que el donante se enjuague ante un testigo. El intento de fraude se produjo en una prueba de paternidad, cuando el donante mezcló su saliva con la de otra persona. El caso ha sido descrito en un artículo publicado en el "Journal of Forensic Science".

Investigadores de todo el mundo vienen realizando habitualmente pruebas de paternidad. Las muestras se toman normalmente de las células de la boca y saliva, a partir de las cuales se hacen los análisis de ADN.

El equipo del Dr. José Antonio Lorente Acosta, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, realiza estos estudios forenses por encargo de los tribunales de justicia en casos de pruebas de paternidad, para la identificación de posibles delincuentes o para elaborar bases de datos de ADN, como se hace en el caso de familiares de desaparecidos.

La detección de un intento de fraude en un caso de prueba de paternidad en 2007 está cambiando la forma de actuar de los equipos forenses en casos similares. El equipo del Dr. Lorente tropezó con un caso extraño: el análisis de la saliva -células epiteliales del interior de la boca- tomada de una persona sometida a una prueba de paternidad daba un resultado incongruente, un ADN que no podía ser del hombre al que se había realizado la prueba.

La revisión del análisis mostró que se había seguido el trámite habitual: el sospechoso se había lavado la boca y después se habían tomado las muestras con un hisopo de algodón. Tras la repetición de los análisis, sólo era posible una conclusión: en la boca de ese señor había ADN de dos personas. Descartadas otras posibilidades, la cuestión era, ¿cómo era esto posible? "Citamos a la persona, le mostramos el resultado y le explicamos que sospechábamos que había manipulado las muestras, algo que -por tratarse de un proceso en investigación judicial- podría traerle consecuencias graves. Ante las evidencias, reconoció que, poco antes de que se le tomasen las muestras, se introdujo en la boca saliva de otra persona que llevaba guardada en un botecito", explica el Dr. Lorente.

Se trataba de un intento de eludir la responsabilidad en un caso de demanda de paternidad extramatrimonial. Reconoció que al mezclar su saliva con la de otra persona pretendía engañar a los expertos en genética forense y, a través de estos, al juez. Tras repetir la prueba quedó comprobado que era el padre biológico del hijo que se le atribuía.

El caso referido tiene especial importancia porque es la primera vez que se ha descrito la mezcla de muestras de saliva con el fin de alterar unas pruebas de ADN; antes se habían descrito intentos de manipulación de muestras de sangre (con transfusiones antes de que se tomen las muestras, por ejemplo).

"Hay que destacar –señala el Dr. Lorente- que la alteración de pruebas de ADN es prácticamente imposible sin que sea detectado por expertos forenses, pero este caso llamó el interés de la comunidad científica tras su publicación en el "Journal of Forensic Science". Y la razón de ello es obvia: plantea la necesidad de tomar medidas especiales para evitar el error de los expertos y que el crimen o el fraude se produzcan, o queden sin castigo. A partir de esta publicación, muchos protocolos de toma de saliva para análisis forenses (casos de paternidad, sospechosos de delitos, bases de datos de ADN) incluyen la obligatoriedad de que el donante de saliva se enjuague la boca con agua delante de un testigo, inmediatamente antes de que se introduzca el hisopo para tomar las muestras de saliva".

Este caso fue estudiado por expertos del FBI de Estados Unidos interesados en evitar posibles intentos de manipulación de las pruebas.

(Tomado de la revista JANO, 11 abril 2008)

Si quieres saber más sobre identificación forense mediante el ADN, consulta esta página informativa elaborada por el profesor Lorente, de la Universidad de Granada.

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