¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.
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lunes, 13 de febrero de 2012

La necrópolis egipcia de Qubbet-el-Hawa

En la foto, Luisa García, egiptóloga de la Universidad de Jaén

Desde el pasado 9 de enero, un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén trabaja en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán (Egipto). Han centrado sus esfuerzos en la gran tumba del gobernador provincial de la XII Dinastía (1830 a.C.) y, en su primer mes de excavación, ha cosechado ya sus primeros resultados: veinte momias de diferentes períodos y un sarcófago de madera de fecha algo posterior.
Se trata de la cuarta campaña de excavación que realiza este equipo, dirigido por el profesor de Historia Antigua de la UJA Alejandro Jiménez Serrano y compuesto por 17 especialistas de diversas disciplinas, pertenecientes a las universidades de Jaén, Granada y Londres. El equipo cuenta con tecnología de vanguardia, como el RTI (Reflectance Transformation Imaging) o el escaneo de piezas en 3D, lo que resulta especialmente útil para el análisis de los textos jeroglíficos.
Los avances del proyecto Qubbet el-Hawa se pueden seguir en el diario de excavación, continuamente actualizado en www.qubbetelhawa.es, donde se resumen los descubrimientos y se documentan con imágenes (como éstas con las que ilustramos esta entrada). La página dispone también de vistas panorámicas del yacimiento dotadas de interactividad.

Los aspectos osteoarqueológicos están supervisados por el magnífico equipo del profesor Miguel Botella, de la Universidad de Granada.
Detalle del sarcófago de madera


jueves, 22 de julio de 2010

Crónica sanitaria de un bicentenario (1810-2010)

Los días18 y 19 de noviembre de 2010 tendrá lugar un ciclo de conferencias sobre la salud, enfermedad, instituciones sanitarias, saberes médicos, epidemias, hospitales, mortalidad demografía, biografías y en general cualquier tema relacionado con en el periodo que se extiende desde finales del siglo XVIII al primer cuarto del XIX.




Asistencia libre y gratuita previa inscripción en la Oficina del Bicentenario o enviando un e-mail a:
 bicentenario@sanfernando2010.com con el asunto "Salud y enfermedad en la Isla".
Puede descargar el tríptico de la programación de las jornadas desde la web oficial del bicentenario de las Cortes de 1810.

lunes, 28 de junio de 2010

Oratio de hominis dignitate









"No te he dado ni rostro, ni lugar alguno que sea propiamente tuyo, ni tampoco ningún don que te sea particular, ¡oh Adán!, con el fin de que tu rostro, tu lugar y tus dones seas tú quien los desee, los conquiste y de ese modo los poseas por ti mismo. La Naturaleza encierra a otras especies dentro de unas leyes por mí establecidas. Pero tú, a quien nada limita, por tu propio arbitrio, entre cuyas manos yo te he entregado, te defines a ti mismo. Te coloqué en medio del mundo para que pudieras contemplar mejor lo que el mundo contiene. No te he hecho ni celeste, ni terrestre, ni mortal, ni inmortal, a fin de que tú mismo, libremente, a la manera de un buen pintor o de un hábil escultor, remates tu propia forma."


Este texto, conocido como "Discurso sobre la dignidad del hombre"  (Oratio de hominis dignitate)  fue escrito en el Renacimiento por Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494) y está sacado de la introducción de su libro Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae, publicado en Roma en 1486 y conocido popularmente como "las 900 tesis".




Pico della Mirandola fue un personaje digno de la mayor atención. Se anticipó varios siglos al movimiento ecuménico, que intenta hacer una reflexión sobre el fenómeno religioso desde la perspectiva de una fe interconfesional. La propuesta tiene bastante lógica: si Dios se ha revelado a las diferentes culturas y a cada una le habla en su idioma y en su contexto cultural, la mejor forma de conocer qué cosa sea Dios será intentar ver qué hay de común en todas las religiones que lo proclaman. Eso nos dará una idea de los rasgos genuinos del rostro de DIos, eliminando los meros accidentes o la simbología apócrifa añadida por cada cultura. Los fundamentalistas de su época, bien seguros de sus verdades (pues ellos mismos las habían acuñado a su medida con el fuego, metafórico o real, de su intransigencia), se escandalizaron. Y el Papa de su época lo declaró hereje y lo excomulgó. La Iglesia católica ha sido siempre muy poco proclive a las concesiones ecuménicas, engreída, quizá, por su preeminencia numérica frente a las demás confesiones. El pontífice que le sucedió, lo rehabilitó, sin embargo, poco después. 


Hoy, medio milenio después, las cosas siguen exactamente en el mismo punto, por increíble que parezca. Hace sólo unos años, el profesor Jacques Dupuis, por ejemplo, teólogo jesuita de esta línea ecuménica fue también silenciado por la Inquisición (hoy llamada eufemísticamente Congregación para la Doctrina de la Fe, pero tan castradora y expeditiva como entonces: hoy no quema a la gente, pero las amordaza y desacredita su dignidad intelectual o moral con recursos poco evangélicos). 


Triste destino el de los profetas. Ya desde los tiempos del Antiguo Testamento desconciertan a los poderes religiosos y denuncia su afán de monopolizar la verdad y guardar las esencias de Dios bajo llave. Son voces peligrosas, que nos quitan el sueño y nos advierten que el mundo no cabe en un solo libro.


Este texto de Pico della Mirandola viene a ser para algunos algo así como el manifiesto oficial del hombre renacentista. En el latín original tiene un ritmo muy musical y es una pieza de gran belleza literaria: 

Nec certam sedem, nec propriam faciem, nec munus ullum peculiare tibi dedimus, o Adam, ut quam sedem, quam faciem, quae munera tute optaveris, ea, pro voto, pro tua sententia, habeas et possideas. Definita ceteris natura intra praescriptas a nobis leges coercetur. Tu, nullis angustiis coercitus, pro tuo arbitrio, in cuius manu te posui, tibi illam praefinies. Medium te mundi posui, ut circumspiceres inde commodius, quicquid est in mundo. Nec te caelestem neque terrenum, neque mortalem neque inmortalem fecimus, ut tui ipsius quasi arbitrarius honorariusuque plastes et fictor, in quam malueris tute formam effingas.

martes, 23 de febrero de 2010

L'Hôpital Saint Louis y su museo dermatológico



El museo parisino de l'Hôpital Saint Louis es un magnífico atlas de dermatología en relieve. Pertenece al rico listado de monumentos históricos franceses y alberga casi 5000 moldes en cera que representan otras tantas patologías de la piel y los anejos cutáneos. Es, por tanto, la colección más completa de moldes dermatológicos que puede encontrarse. El Dr. Moritz Kaposi, cuando la conoció en una de sus visitas a París, quedó tan impresionado que quiso inmediatamente iniciar un museo didáctico similar en Viena. Poco después Lyon, Londres, Boston y Filadelfia trataron de imitar esta misma iniciativa.


La colección actual es realmente la suma de cuatro subcolecciones. La inició Devergie en 1867, que encargó una serie de acuarelas para ilustrar de forma didáctica las lesiones dermatológicas y facilitar así a los alumnos y a los profesionales de la medicina el reconocimiento de algunas lesiones cutáneas. A las pinturas se incorporaron luego algunas fotografías coloreadas a mano y 3662 moldes en cera de extraordinario realismo sobre dermatosis y lesiones sifilíticas. Posteriormente se agregó la colección Péan (615 moldes realizados por Baretta), la colección Parrot (88 moldes de patología pediátrica encargados a Jumelin) y la colección Fournier (442 moldes sobre la sífilis hechos por Jumelin y por Baretta).



Por su extraordinario realismo, llaman la atención los trabajos de Baretta, joven artesano que se ganaba la vida haciendo reproducciones de frutas en cera y en pasta de cartón para los hogares parisinos. Un día Charles Lailler,  creador del museo en 1885, se asombró ante el vívido realismo de sus trabajos y le propuso cambiar las manzanas y las naranjas por otros "frutos" menos decorativos, pero más útiles para la docencia y lo contrató de por vida.

 En el museo se conserva igualmente el elegante mobiliario original, con vitrinas y expositores de madera, lo que permite reconstruir toda la atmósfera histórica de esta vieja institución decimonónica. Sin embargo, el catálogo y las descripciones del etiquetado han sido convenientemente actualizados en varias ocasiones. El museo sigue teniendo un indudable valor didáctico para los estudiantes de medicina y para el público interesado, si bien es verdad que la moderna terapéutica ha hecho desaparecer gran parte de las floridas patologías que allí se exhiben o, al menos, las ha vuelto francamente insólitas, por fortuna. 
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No voy a negar que muchos visitantes de este tipo de museos acuden impulsados por el morbo malsano de la atracción de feria, sí, el mismo morbo que llenaba tristemente las sillas cuando se exhibía al hombre elefante o a la mujer barbuda. Pero viene también gente deseosa de asomarse a otra época, de recorrer las vitrinas sabiendo que, tras el vidrio de los expositores, vive la historia misma de la dermatología francesa del XIX y late otra cultura científica y hospitalaria, que no sólo era capaz de sentir curiosidad por lo monstruoso y lo deforme, sino que iba más allá: se preguntaba por sus causas y ponía empeño en encontrar un remedio medianamente expeditivo para el sufrimiento. 





Ya no hace falta acercarse hasta la rue Bichat, en París, para visitar este magnífico museo. La Biblithèque Interuniversitaire de Médecine et d'Odontologie (BIUM) ha realizado un catálogo virtual de cada una de las piezas, de forma que la magia de Internet pone a un solo click del ratón la posibilidad de contemplar con detalle (morboso o científico, que cada uno sea dueño de su mirada) la mayor colección del mundo de moldes de cera. Historia viva de la dermatología francesa. Éste es el enlace.

Más información sobre el Musée des moulages dermatologiques de l'Hôpital Saint-Louis.




(Fotografías: Jim Edmonson y Joanna Ebenstein en Morbid Anatomy)

domingo, 8 de marzo de 2009

8 de marzo: Día Internacional de la Mujer

Un breve recorrido por la figura de la mujer en la historia del arte de los últimos 500 años, al menos en la historia del arte de occidente. Se echan de menos, claro está, imágenes del mundo clásico mediterráneo, la serenidad de las caras orientales o la rotundidad de los rostros indígenas americanos.

El montaje es obra de Philip Scott Johson y ganó el premio You Tube al vídeo más creativo en 2007.
Y la música que escuchas de fonde es de Bach: un solo para violoncello de la Suite nº 1 in G Major, BWV 1007.

El vídeo se cierra con cuatro obras de Pablo Picasso y ojo con la primera imagen, que tiene truco, porque no se trata exactamente de una mujer, sino del rostro de un arcángel pintado en la segunda mitad del siglo XII. Pero, bueno, no vamos a entrar aquí a discutir el sexo de los ángeles. Está muy bien así, porque si repasamos nuestra propia vida ¿no han aparecido alguna vez sorprendentes mujeres-ángeles, protectoras o estimulantes, pero ejemplares siempre?



SI TE HA GUSTADO:
Existe una versión de este vídeo con mayor resolución en: http://www.vimeo.com/1456037
Y en la página http://www.maysstuff.com/womenid.htm se incluye un listado completo de los autores y las obras que han servido para confeccionar este magnífico vídeo.

jueves, 13 de noviembre de 2008

UN CÓDIGO DE PATAS

Éste es el dilema fundamental de un escultor: ¿cómo representar al personaje? ¿con qué gesto? ¿en qué actitud? Los grandes estadistas y los militares heroicos suelen representarse a caballo. En cambio, cuando se trata de un intelectual o de un artista, parece que se prefiere una estatua sedente. Además de esta idea común de representar en un caballo en movimiento al hombre de batalla y repantigado en una silla al hombre de pensamiento, existen otros convencionalismos simbólicos. Así, desde los tiempos medievales, las estatuas ecuestres llevan asociada una simbología particularmente curiosa: las patas del caballo pueden contarnos mucho del personaje que cabalga encima. Es una especie de “código de patas” que podría resumirse así:

-Si las dos patas delanteras del caballo están en el aire, significa que el jinete murió en combate.

-Si sólo una de las dos patas delanteras lo está: el jinete no murió en el combate, pero sí a consecuencia de las heridas recibidas. A veces, en personajes de muy alto rango, puede que signifique que el jinete murió durante el tiempo en que ejercía todavía su poder, aunque las causas de la muerte fueran naturales.

-Si las cuatro patas apoyan en el suelo, el jinete murió por causas no violentas.

Una precaución elemental se impone aquí: si la estatua fue erigida antes de la muerte del personaje en cuestión, no tiene sentido aplicar este criterio, pues ser escultor no implica ser adivino.

Siempre que veo un estatua ecuestre intento poner en práctica esta regla asumida y casi siempre me decepciono. Basta pasear por algunas de nuestras plazas o echar un vistazo a la red para comprobar que existen casi tantos ejemplos como excepciones al citado “código de las patas”.

Tomemos el caso de Simón Bolívar, que ha sido representado frecuentemente a caballo, pero no parece que haya acuerdo sobre si murió en plena batalla (véase la estatua de Caracas, a la izquierda) o a consecuencia de las heridas del combate (véase la estatua de Sevilla, a la derecha).

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Para mayor perplejidad, no olvidemos que Bolívar, además de la batalla política y militar que supo dar en vida, tuvo que enfrentarse a una tuberculosis. Ésta fue la que, finalmente, le causó la muerte. Significa eso que, en realidad, habría que representar a su cabalgadura con las cuatro patas en el suelo. Y no conozco ninguna estatua de Bolívar en esa actitud. ¡Vaya lío!

La única explicación que se me ocurre es que los que encargan la estatua no suelen tener tiempo de leer libros de simbología.

Bromas aparte, creo que fue la cantante argentina Mercedes Sosa quien habló (y cantó) mejor sobre las estatuas (marionetas grandes, quietas, que nos cuentan los cuentos de la patria). Aquí está la canción de Las estatuas, muy adecuada para este otoño de tardes lluviosas y melancólicas.



lunes, 13 de octubre de 2008

Lecturas: Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski


Autor: Ryszard Kapuscinski

Título: Viajes con Heródoto

Editorial: Anagrama

Año: 2006 (5ª Ed.)

Pags.: 308


Ryszard Kapuscinsci nos invita a viajar con él en dos dimensiones. La primera en el espacio, haciéndolo a lo largo del ancho mundo, siguiéndole en sus múltiples desplazamientos como corresponsal de un periódico polaco. La segunda, en el tiempo, de la mano del magnífico historiador griego Heródoto, repasando con él, en calidad de protorreportero, los acontecimientos de aquellos siglos en los que dos imperios, el griego y el persa, pugnaban por el dominio del resto del mundo.

Aparentemente, dirás, nada tiene que ver una historia con la otra… Y sin embargo, lo que el autor pretende contagiarnos es algo que ya estaba en Heródoto y que nuestro mundo “de las comunicaciones”, desgraciadamente, está perdiendo: la pasión y el entusiasmo por conocer. Por conocer el mundo, las distintas culturas y personas que lo habitan. Y acercarnos a unas y otras, no como el que ya cree saberlo todo, sino como el que tiene deseos de aprender lo que de nuevo y bueno se esconde en todas ellas.

(De Pastoral SJ)

jueves, 2 de octubre de 2008

El David, de Miguel Ángel (revisited):


Aquí está la imagen del joven David, desafiante y seguro de sí mismo, poco antes de enfrentarse al gigante Goliat, al que derribó de una pedrada en la frente, de acuerdo con el relato bíblico. Esta estatua, encargada a Miguel Ángel Buonarroti para la catedral de Florencia y costeada por el gremio de mercaderes de la lana, ha resumido siempre el canon de la belleza renacentista. No obstante, advierten los expertos, tanto la cabeza como las manos están algo sobredimensionadas, con idea de producir un mayor impacto visual en el espectador.
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Antes de ser esta obra de arte inolvidable, era sólo un bloque de mármol de Carrara que sobró de unas obras y que se había pasado 40 años a la intemperie en uno de los patios de la catedral, sin que nadie le prestase la menor atención. Luego Miguel Ángel, que tenía entonces sólo 26 años, estuvo trabajándolo con cincel y martillo entre 1501 y 1504 y surgió de la piedra un cuerpo joven, musculoso, lleno de fuerza contenida.
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Actualmente, las dietas hipercalóricas y el sedentarismo han cambiado los esquemas corporales, las modas anatómicas y las proporciones estéticas de tal modo que si hoy Miguel Ángel tuviera que repetir su obra, quizá optaría por esta otra versión, menos idealista y más próxima a lo cotidiano.
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domingo, 21 de septiembre de 2008

Lecturas: Moisès Broggi

BROGGI, Moisès
Memorias de un cirujano (1908-1945)
Ed. Península
Barcelona, 2001
347 págs.
Con cien años a sus espaldas y una lucidez enviadiable, el cirujano barcelonés Moisès Broggi acaba de recibir la Medalla de Oro de la Generalitat hace tan sólo unos días.

Cuando había cumplido ya los noventa, escribió este primer tomo de su autobiografía, que tituló Memorias de un cirujano (1908-1945) y publicó Península en 2001. Creo que actualmente el libro está descatalogado. La obra constituye un repaso personal lleno de interés de los acontecimientos que vivió nuestro país en la primera mitad del siglo XX: la fuerte conflictividad social, la constante crisis política, los esfuerzos de Cataluña por trazar su propio destino y, sobre todo, la Guerra Civil de 1936 y la triste secuela de muerte, hambre, destrucción y rencor que fue nuestra posguerra.

Formado como cirujano por el catedrático Joaquim Trias, el doctor Broggi ejerció en el Hospital Clínico de Barcelona durante la Segunda República y participó después en el conflicto bélico como cirujano de las Brigadas Internacionales. Es probablemente esta parte del relato la que cobra un mayor dramatismo y la que contiene referencias históricas de mayor interés, especialmente en el terreno de la sanidad, como el desarrollo de los primeros bancos de sangre, la elaboración de protocolos de actuación frente a las heridas de guerra o la puesta en marcha de una flotilla de quirófanos móviles (el Auto-Chir), que se encargó a la casa Renault de París y que el propio Broggi contribuyó a diseñar. No olvidemos que la Guerra Civil española (1936-1939) fue el ensayo general de la II Guerra Mundial, también en lo referente a la sanidad militar.

La lectura de Memorias de un cirujano nos cura de partidismos e intolerancias, porque Broggi califica con la misma firmeza las estupideces cometidas por uno y otro bando. Una lectura para entendernos mejor, cualquiera que sea nuestra convicción política.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Extraña fruta, amarga cosecha


A Billie Holiday, conocida como Lady Day, le gustaba llevar gardenias blancas en el pelo. Nació en Baltimore en 1915 en circunstancias de pobreza y extrema marginalidad. Se dice que ejerció la prostitución desde los trece años y que estuvo varias veces en la cárcel. Luego empezó a cantar jazz en los night clubs. Sólo con su voz y sus modos tristes demostró una capacidad asombrosa para conmover hasta las lágrimas a los clientes.

Muchas de sus canciones hablan de la decepción y de la dureza de la vida, que ella conoció muy bien. Murió a los 43 años, víctima de su adicción al alcohol y a la heroína. Una de sus canciones se hizo especialmente célebre. Es de una tristeza que ronda lo macabro. Se titulaba "Strange Fruit" y fue prohibida en los Estados Unidos durante un tiempo, porque hablaba de los linchamientos raciales que tenían lugar especialmente en los estados del sur, amparados por unas leyes segregacionistas bastante ambiguas ("iguales, pero separados", venían a decir, a fin de cuentas). La más nimia cuestión podía desembocar en un linchamiento.



Pido disculpas por el tono macabro de la foto, tomada de Wikipedia, pero creo que así entenderán muy bien a qué "extraña fruta" se refería Billie Holiday en su canción.

Gracias a You Tube, disponemos también de la imagen y la voz de esta mujer extraordinaria, interpretando "Strange Fruit". Incluyo al final los lyrics y me atrevo a proponer una posible traducción al español. La letra y la música eran de Lewis Allan (1940) y la interpretación inconfundiblemente demoledora es, por supuesto, de Lady Day: Billie Holiday.





STRANGE FRUIT (Lewis Allan)

Southern trees bear strange fruit,
Blood on the leaves and blood at the root,
Black bodies swinging in the southern breeze,
Strange fruit hanging from the poplar trees.

Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolia, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.

Here is a fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to shake,
For the sun to rot, for the tree to drop,
Here is a strange and bitter crop.
.............................
Los árboles del sur producen extraños frutos,
sangre en las hojas y sangre en la raíz.
cuerpos negros balanceándose con la brisa del sur,
extraños frutos colgando de los álamos.

Bucólica escena del galante sur,
los ojos abultados y la boca torcida.
En el dulce y fresco aroma de magnolia
un repentino olor a carne quemada.

Un fruto para que se lo coman los cuervos,
para que la lluvia lo empape, para que el viento lo sacuda,
para que el sol lo pudra y para que caiga del árbol,
como una extraña y amarga cosecha.