¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

miércoles, 18 de marzo de 2009

José Luis Romero, profesor y amigo

Transcribimos aquí la necrológica del Profesor Romero Palanco escrita por el catedrático de Farmacología Dr. Juan Antonio Micó y que publicó hoy el DIARIO DE CÁDIZ.


José Luis Romero, profesor y amigo


El lunes aproximadamente las 12 del mediodía me encontraba dando clase a mis alumnos justo en el aula que se sitúa encima del despacho de José Luis Romero Palanco. Nada podía hacerme percibir la tragedia que se estaba produciendo en ese momento, la muerte había sorprendido a José Luis trabajando como cada día en su departamento. Me solía cruzar con él poco antes de empezar la clase, pero ayer no lo vi ni lo veré nunca más, aunque su imagen en el pasillo tomando un café en la ventana de la cafetería de la Facultad quedará para siempre en mi memoria y en la de otros muchos compañeros.


No van a faltar opiniones sobre José Luis Romero, persona y profesor, y también Rector, pero ninguna va a ser tan emotiva seguro como las que han escrito sus alumnos bajo la crónica en la web de Diario de Cádiz. José Luis Romero fue (y cuesta decir "fue"), primero profesor y después profesor, y desde luego siempre tuvo la Universidad en su cabeza antes que en su mano. Nada más llegar a Cádiz, la ciudad con la que se comprometió hasta su muerte, aceptó el reto de dirigir su Universidad.


Nunca son buenas épocas para un rector en la universidad que dirige, pero a él le tocó un periodo muy difícil y lo resolvió tal como él era, un hombre dialogante que trabajaba tanto dentro como fuera de los despachos. La Universidad y su fiel amigo Joaquín, su conductor, siempre le acompañaban a cualquier sitio, y cualquier lugar era bueno para buscar consensos y él siempre los buscó. Durante el tiempo que fue Rector solíamos verle llegar rápido a la Facultad para dar clase a sus alumnos, y nunca faltó a ella a pesar del cargo que ostentaba y las múltiples ocupaciones que tenía, decía que el aula era el lugar donde mejor tomaba el pulso a su Universidad. Tal vez por ello introdujo una gran variedad de cambios funcionales y estructurales en el modo de ser y de estar en la Universidad. Pero ante todo José Luis Romero era un hombre cabal, percibía a la perfección lo bueno y lo malo del ambiente que le rodeaba y durante su mandato como rector se rodeó de un grupo de profesores e investigadores que aún hasta hoy siguen dirigiendo la UCA, él fue la semilla que marcó una forma y un fondo en el modo de hacer Universidad. También deja José Luis Romero unos discípulos que junto a él han convertido la Medicina Legal y la Toxicología en una de las áreas más activas de la Facultad de Medicina. Pero sobre todo, José Luis Romero deja muchos amigos entre profesores, alumnos y personal de administración y servicios.

Yolanda, que fue su alumna hace años, hoy esposa y madre de dos de sus dos hijas, sabe que José Luis siempre vivirá entre nosotros.

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