¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

domingo, 15 de junio de 2008

El candirú o pez vampiro


Nuestros parásitos suelen ser organismos microscópicos: bacterias, virus, protozoos (como el causante de la malaria) y algunos hongos. Otros más grandes, visibles ya a simple vista, como la tenia, los áscaris, los piojos o las garrapatas son siempre invertebrados.
El candirú (Vandellia cirrhosa) es el único parásito humano vertebrado del que tengo noticia. Fue descrito ya por Valenciennes en 1846. Se trata de un pequeño pez siluriforme (es decir, del grupo de los llamados peces-gato), que, como máximo, puede llegar a medir unos 17 cm y que resulta casi transparente (por tanto, pasa bastante desapercibido en el agua). Suele adherirse a las branquias de otros peces, como puede verse en la foto. Allí se conecta a una arteria y deja que la sangre penetre en su estómago.




Y ahora viene lo terrible: el candirú (llamado también canero, carnero, candirtú, pez vampiro, urethra fish o penis fish) recurre a veces a otras víctimas que no son peces y a otras estructuras que no son las branquias. Hay casos descritos de personas que, tras un refrescante baño en algún remanso amazónico, desnudos, para disfrutar aún más de la sensación paradisíaca, salieron del agua con un candirú alojado en la uretra, el ano o la vagina.

Una vez instalado allí, el candirú extiende sus aletas, provistas de espinas, y se ancla de tal modo que es preciso recurrir a la cirugía para extraerlo.

Los pueblos indígenas del Amazonas le temen mucho y algunos tienen por costumbre, como prevención, bañarse de espaldas a la corriente o cubriendo los genitales con una mano. Si esta profilaxis no hubiera bastado, usan una planta llamada xagua o jagua (Genipa americana), que ellos afirman que tiene la virtud de "disolver" al pez o, al menos, de "ablandar" sus espinas. La extracción manual suele provocar desgarros de la mucosa y hemorragias importantes.

Los expertos recomiendan usar ropa de baño bien ajustada a los muslos y no orinar nunca bajo el agua, pues se piensa que la urea puede ser detectada por los sensores químicos del pez. La bibliografía médica especializada cita casos de extracción quirúrgica por cistostomía suprapúbica y recomienda para estas situaciones el uso de altas dosis de vitamina C.
Éste es el aspecto en detalle del temible animalillo:



N.B.:
Agradezco muy cordialmente a Stephen Spotte su gentileza al autorizar la reproducción de las imágenes de su interesante libro sobre el candirú: "Candiru: Life and Legend of the Bloodsucking Catfishes, © 2002 por Stephen Spotte"
El libro de Spotte constituye una guía completa y muy bien documentada sobre este extraño pez. Puede adquirirse aquí.

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