John McIlwaine o la memoria en
mitad del páramo
Su
trabajo como arqueólogo forense ayudó a recuperar los cuerpos de numerosas
víctimas del IRA
J. FERNÁNDEZ DE LA GALA
Durante
los años 70 y 80, los grupos paramilitares del IRA (Irish Republican Army) secuestraron, asesinaron y enterraron bajo
el frío páramo norirlandés al menos a 16 personas. El IRA asumió finalmente su
responsabilidad en 13 de estas muertes y el INLA (Irish National Liberation Army) confesó su implicación en otro de
los asesinatos. De los dos casos restantes no hay noticias hasta la fecha.
Tras
el acuerdo intergubernamental que permitió desde 1998 la investigación de los
restos humanos, el arqueólogo John McIlwane lideró las excavaciones en busca de
los desaparecidos. Tanto Irlanda como el Reino Unido tenían la firme convicción
de que era preciso desenterrar el dolor del pasado para permitir que fuera más
luminosa la paz del presente. Se creó así la ICLVR, una comisión independiente
de expertos forenses que pudiera indagar sobre el paradero de las víctimas,
desenterrar sus restos e investigar lo que les sucedió realmente.
John
James McIlwaine nació en Hayle (Cornualles) en 1963, pero, siendo aún niño, se
trasladó a vivir con su familia a Irlanda del Norte. Estudió Arqueología en la
Universidad de Lancaster y combinó los diversos proyectos de excavación con sus
tareas docentes en el Wakefield College y en la Universidad de Bradford,
centrándose especialmente en la aplicación de la arqueología a la investigación
forense.
Ahora
el arqueólogo ha fallecido repentinamente a los 51 años el pasado día 16. El
profesor McIlwane manifestó siempre un serio compromiso con el dolor de las
familias. A Sandra Peake, la psicóloga del centro de atención a las familias de
las víctimas, siempre le llamó la atención la facilidad de John para humanizar
la ciencia y explicar a los familiares lo que se proponía hacer para localizar
a sus seres queridos. “Incluso en las más duras condiciones, no paró hasta
encontrar a mi padre”, dijo conmovida la hija de una de las víctimas.
Sus
compañeros lo recuerdan como dueño de una tenacidad inmune a las búsquedas
infructuosas, a la climatología adversa o al terreno enfangado que te cubre
hasta las rodillas. Él mismo había crecido en Portadown, Irlanda del Norte,
durante los años en que se recrudeció el conflicto. Había comenzado sus trabajos
con la comisión de los desaparecidos en 2006 y, aplicando técnicas geofísicas y
de arqueología de campo, logró finalmente la recuperación en las turberas de los
páramos norirlandeses de varias de las víctimas. En Co Wicklow, por ejemplo,
localizó el cuerpo de un joven de 21 años, que fue identificado como Danny
McIlhone, un supuesto informador del IRA que había desaparecido de su domicilio
en 1981. Poco después, aparecieron también los restos de Charlie Armstrong, de
57 años, padre de cinco hijos, desparecido el mismo año y cuyo asesinato
continúa en fase de investigación.